El diplomático sueco arriesgó su vida para salvar a más de 100 mil judíos en la Segunda Guerra Mundial.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg (FIRW) homenajeó a Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que salvó a miles de judíos perseguidos por el nazismo.
El acto se realizó frente al monumento que lo recuerda, ubicado en la esquina de avenida Figueroa Alcorta y Austria, del Barrio Norte porteño.
Participaron el presidente de la Fundación, padre Horacio Moreno; el secretario de Finanzas de la Nación, Guillermo Nielsen; el embajador de Israel, Rafael Eldad; el presidente de la DAIA, Jorge Kirszembaum; y el encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica, monseñor Nicola Girasoli, entre otras autoridades y representantes diplomáticos.
El vicepresidente de la Fundación Natalio Wengrower, destacó que ”Wallenberg es un héroe sin tumba. Recordarlo y recordar los hechos de valentía que protagonizó, armado apenas de su inmunidad diplomática, un débil escudo frente a la impiedad nazi, es restituirlo a la vida en toda su grandeza”.
Asimismo, reclamó al Gobierno de la Ciudad que ”prontamente” un breve tramo de la calle Austria lleve el nombre de Raoul Wallenberg.
El arquitecto Wallenberg fue elegido en 1944 para viajar a Hungría con el objeto de salvar a los judíos de la persecución nazi.
Gracias a sus credenciales diplomáticas, Wallenberg extendió salvoconductos que libraron de la muerte a cientos de miles de personas.
Finalizada la guerra, en 1945, fue detenido por las tropas soviéticas y todavía hoy se desconoce su paradero.
La FIRW, fundada por el argentino Baruj Tenembaum, es una organización educativa y ecuménica dedicada a mantener vivo el recuerdo de Raoul Wallenberg, (diplomático sueco que desapareció en enero de 1945 luego de salvar decenas de miles de judíos).
Promueve la paz entre las naciones y los pueblos, a través del desarrollo de proyectos educativos -basados en la solidaridad, el diálogo y el entendimiento- y la difusión de las acciones de los salvadores que arriesgaron sus vidas para salvar a personas perseguidas durante la Segunda Guerra Mundial, como Raoul Wallenberg, el nuncio Angelo Roncalli (luego ungido como Papa bajo el nombre de Juan XXIII), Aristides de Sousa Mendes, Jan Karski y tantos otros.
Actualmente, cuenta con sedes en Buenos Aires, Caracas, Jerusalem y Nueva York, y la integran alrededor 70 jefes de Estado y 60 Premios Nobel, entre otras personalidades.