El lunes 4 de agosto de 2003 la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, ONG argentina fundada por Baruj Tenembaum, donó a la ciudad de Buenos Aires una placa conmemorativa del diplomático sueco desaparecido en la segunda guerra mundial.
La placa de mármol lleva inscripta una leyenda recordatoria de Raoul Wallenberg (1912 – ?) y de sus acciones de salvataje de judíos y otros perseguidos por el régimen nazi. Fue descubierta en el día del 91º aniversario del nacimiento del ”Héroe sin Tumba”, junto a la estatua del escultor inglés Philip Jackson.
La ceremonia en la capital de Argentina se presentó de modo simultáneo con actos recordatorios que la Fundación Wallenberg llevó a cabo en Nueva York, Budapest, Tel-Aviv, Montevideo y Santiago de Chile.
Con el marco de una nutrida concurrencia participaron del encuentro en la Plaza Rubén Darío líderes religiosos y comunitarios; alumnos de escuelas del nivel secundario, factores diplomáticos, de organizaciones no gubernamentales, educativos y de gobierno.
Presidieron el acto e hicieron uso de la palabra la Embajadora de Suecia en Argentina, Madeleine Ströje-Wilkens; el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Anibal Ibarra y el Vicepresidente de la Fundación Wallenberg, Dr. Natalio Wengrower.
En el palco central se encontraban las siguientes personalidades: Guillermo Olivieri, Secretario de Culto en representación del Presidente de la Nación, Dr. Néstor Kirchner; Gabriela Alegre, Directora de Derechos Humanos de la ciudad de Buenos Aires; Salomón Ben Hamú, Gran Rabino de la Comunidad judeo-argentina; Monseñor Nicola Girasoli, de la Nunciatura Apostólica; el Pastor Andrés Albertsen de la Iglesia Dinamarquesa; el Rabino Simón Moguilevsky, del Templo Libertad; Oscar Vicente, Vicepresidente de la FIRW y el escritor José Ignacio García Hamilton, también por la FIRW.
Se leyeron adhesiones llegadas desde distintos países del mundo, destacándose las enviadas por el Miembro del Congreso de los Estados Unidos, Tom Lantos; el Ministro de Justicia de Israel Tommy Lapid y la sobrina de Raoul Wallenberg, Louise von Dardel.
Laszlo Ladanyi, salvado por Wallenberg en 1944 y su nieta Yael Beltchi, así como Tomás Kertesz, también salvado por el diplomático sueco, y su nieto Diego Jedvabnik, depositaron un arreglo floral junto al monumento que recuerda a Wallenberg.
Wallenberg es, sin duda, uno de los héroes más destacados de la Segunda Guerra Mundial. Sus acciones de salvataje son un modelo imperecedero de solidaridad y coraje cívico que no conoce fronteras geográficas ni culturales. Mientras llovían bombas sobre la ciudad de Budapest, Hungría, el diplomático sueco salvó a alrededor de 100.000 personas de la persecución nazi.
Fue detenido por el ejército soviético en enero de 1945. La suerte de Raoul Wallenberg continúa aún hoy siendo un misterio.