Los familiares de Raoul Wallenberg, quien pagó con su vida por salvar hasta 100.000 judíos húngaros durante el Holocausto, solicitaron el martes ayuda a los israelíes para ayudar a obtener información concluyente de su paradero.
”Nos salvó, pero no le salvamos”, indicó el líder del Shinuí, Yosef Lapid, que sobrevivió a los guettos de Budapest como resultado de las gestiones del diplomático sueco. La madre de Lapid también salió de una marcha de los muertos gracias a Wallenberg, que envió dos camiones para traer de vuelta a los judíos y enfrentarse a las fuerzas Nazis.
La Knesset marcó el 60 aniversario de la desaparición de Wallenberg el martes, cuando sus miembros solicitaron de antemano una ley para implicar al gobierno en la resolución del misterio e introducir la herencia de Wallenberg en el plan de estudios escolar.
El embajador sueco Robert Rydberg indicó que el paradero de Wallenberg es un tema regular en la agenda bilateral entre los dos países, y hasta la fecha Suecia no ha proporcionado ninguna prueba sólida de su fallecimiento.
”No podemos asumir o descartar nada con respecto a la posibilidad de que pueda encontrarse con vida”, dijo.
Una teoría es que Wallenberg muriera en el gulag de la Unión Soviética. Fue arrestado por el ejército soviético en Budapest en 1945 a la edad de 33 años, cuando operaba como parte de una misión diplomática y humanitaria sueca patrocinada por Estados Unidos. Los rusos afirman que murió en una prisión de Moscú dos años después.
Wallenberg fue declarado Righteous Gentile en 1963, y es también ciudadano honorario de Israel.
Rydberg indicó que el gobierno israelí está ansioso también por descubrir la verdad acerca de Wallenberg.
Lapid declaró que nadie parece saber por qué los rusos le retuvieron y le mataron en la prisión; lo que se sabe es que fue ”el gran salvador” del periodo Nazi en la zona.
”Tenemos que enseñar acerca de él en las escuelas de Israel para siempre”, dijo.
Según Lapid, tanto Israel como Suecia estaban también preocupados tras la guerra por descubrir qué es lo que le pasó a Wallenberg.
Dos de los nietos de Wallenberg asistieron a las sesiones, Dupuy Elsa Marie y Helen Maria Louise de Dardel.
Dardel solicitó la ayuda de Israel para encontrar la verdad acerca de la desaparición de Wallenberg.
Dijo que los padres de Wallenberg habían fallecido ”con la duda” 35 años después de la desaparición de su hijo, y se sentían desamparados. ”Debe hacerse todo lo posible para continuar la batalla de enterrarle en casa”, dijo.
Tras tres generaciones, dijo, no hay motivo por el que Rusia deba mantener en secreto su destino.
Otra nieta de Wallenberg es la mujer del secretario general de la ONU, Kofi Annan. Un grupo afirma que está organizando una solicitud a Annan para continuar la búsqueda.
Está circulando asimismo un nuevo llamamiento en busca de información acerca de Wallenberg a través de los ministerios de exteriores de Israel y Suecia. Hay grandes esperanzas de que algunos inmigrantes rusos sean capaces de arrojar algo de luz sobre el destino de Wallenberg.
El portavoz de la Knesset, Reuven Rivlin, indicó que Wallenberg es uno de los pocos que ”plantaron cara al monstruo Nazi”. Indicó también que los judíos americanos estaban implicados en encontrar a Wallenberg, y habrían enviado una misión diplomática sueca a Budapest.
Su heroísmo le convirtió en una ”leyenda”, dijo Rivlin.
En los años treinta, Wallenberg llegó a Palestina para ocupar un puesto bancario en Haifa y conoció los rumores acerca de los judíos referentes al ascenso del Nazismo en Europa.
Dardel también declaro que la madre de Wallenberg ”tenia sangre judía”.
El Centro Shalem intenta presentar una ley en la Knesset que exigiría al gobierno iniciar y patrocinar una investigación acerca de la desaparición de Wallenberg, e informar a la Knesset de sus progresos anualmente.
El miembro laborista de la Knesset Efraim Sneh se dispone a presentar la ley la semana que viene.
La laborista Colette Avital, presidenta del Comité de Inmigración y Absorción, dijo que los escolares deben conocer a una persona que pudo marcar la diferencia incluso cuando el mundo estaba conquistado por el mal.
Jerusalem Post/El Reloj