EN LA TERMINAL A DEL AEROPUERTO
Es en homenaje al diplomático sueco, desaparecido en 1945, que salvó la vida de miles de personas, sobre todo judíos, durante la Segunda Guerra Mundial. La obra es del artista argentino Gerónimo Villalba.
Un busto de Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que salvó las vidas de miles de personas durante la Segunda Guerra Mundial, desaparecido en 1945, fue inaugurado en la Terminal A del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, Buenos Aires.
Creación del artista argentino Gerónimo Villalba.
Hijo de una de las familias más poderosas de Suecia, Wallenberg, cristiano, nacido en 1912, fue elegido por el War Refugee Board, un comité creado por el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, con la misión de auxiliar al remanente de judíos europeos no asesinados por los nazis y sus aliados.
En una gesta sin precedentes Wallenberg ayudó directa o indirectamente a miles de judíos y otros perseguidos a eludir una muerte segura. Paradójicamente, luego de luchar contra una dictadura cayó en manos de otra de distinto signo político pero igualmente genocida. Su rastro se pierde en el sistema carcelario soviético, luego de ser detenido por el ejército rojo en enero de 1945.
Argentina lo recuerda con una imponente estatua ubicada en la esquina de la avenida Figueroa Alcorta y Austria, en la Ciudad de Buenos Aires, con un sello postal conmemorativo emitido por el Correo Argentino y con un día dedicado a su memoria, de acuerdo a la ley 2.307, sancionada por la Legislatura porteña, entre otras iniciativas.
Los valores que inspiraron a Wallenberg, solidaridad y coraje cívico, son imperecederos, no conocen fronteras físicas o temporales. Su ejemplo es un faro de luz eterna que no debe ser olvidado.