El Oficial del Ejército Alemán Karl Plagge ha sido considerado ”mejor que Oskar Schindler” por salvar vidas de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. El lunes, el Comité israelí de Conmemoración del Holocausto le dará uno de sus más altos honores.
”Justo entre las Naciones” es el título que el Comité Israelí de Conmemoración del Holocausto otorga en el Instituto Yad Vashem a personas que arriesgaron sus propias vidas para salvar judíos de la muerte a manos de los nazis.
Hasta la fecha, el país ha concedido este reconocimiento a 20.570 personas. Sólo 410 de ellas eran alemanas y unas pocas pertenecían al ejército. El lunes, gracias a los esfuerzos de búsqueda histórica de un niño sobreviviente de los campos de concentración, el Oficial del Ejército Alemán Kart Plagge será honrado con esta distinción póstuma.
Michael Good, un médico clínico del estado norteamericano de Connecticut, cuenta que el Mayor Plagge salvó a su madre y a siete miembros de su familia de la muerte segura, juntamente con otros cientos de prisioneros del gueto judío en Vilna, Lituania.
Reparación ‘esencial’
Good cuenta que un viaje con sus padres a Vilna en 1999 despertó su curiosidad sobre cómo su familia sobrevivió a esa época mientras tantos otros perecieron. Antes del viaje, Good admite, no tenía mucho interés en su propia herencia. Pero cuando su madre le contó su experiencia en el gueto y cómo fue salvada por un oficial alemán, comenzó a usar Internet para ahondar en el pasado, encontrando a otros sobrevivientes que corroboraron la historia de su madre.
Lo que Good encontró fue lo siguiente: una semana antes de que el gueto fuera exterminado por los alemanes, en septiembre de 1943, Plagge ordenó que alrededor de 1.000 judíos trabajasen en el campo de mantenimiento de los vehículos militares que estaba fuera del gueto, salvándolos así de los escuadrones de la muerte. Tanto la madre como el abuelo de Good se salvaron del exterminio de esa manera. Good ha destacado en varias entrevistas que su abuelo ”no era capaz de cambiar una lámpara eléctrica” y que la tarea de su madre era zurcir las medias para los soldados. Pero, Good enfatiza, Plagge los puso en la lista de ”trabajadores esenciales” y salvó sus vidas.
A Good le tomó seis años de búsqueda a distancia para encontrar a los otros salvados por Plagge pero lo logró. Junto a Marianne Viefhaus, una archivista de la Universidad de Darmstadt en Alemania, pudo completar la figura de un alemán cuyo coraje salvó varios cientos de judíos de una muerte certera.
Último aviso
Los últimos recuerdos que algunos salvados tienen sobre Plagge refieren a pocos días antes de que el Ejército Rojo entrara a Vilna, en julio de 1944. Según varios sobrevivientes, Plagge realizó un postrer acto heroico. En presencia de oficiales de la SS, dio a los prisioneros un aviso encubierto cuando les dijo que serían escoltados durante la evacuación por los soldados de la SS que, ”como ustedes saben, es una organización dedicada a la protección de refugiados. Por lo tanto, no hay nada de qué preocuparse”.
Muchos de los presos entendieron esto como una señal para escapar o esconderse, salvando así sus vidas.
William Begell, un sobreviviente que tenía entonces sólo 17 años, fue entrevistado por Good para el libro que escribió titulado ”La búsqueda del Mayor Plagge”. Begell comentó que entendió la advertencia y saltó por una ventana para escapar de los nazis.
Good dice que quiso obtener la distinción de Yad Vashem para Plagge después de que averiguó que el alemán no tenía familiares a los cuales él pudiera agradecer en persona. Le contó al periódico inglés The Guardian que durante el viaje a Vilna, su madre agitaba su bastón y decía ”El era mejor que Schindler’”.
Sin embargo los esfuerzos de Good para que Plagge fuera nombrado ”Justo entre las Naciones” encontraron resistencia al principio. Yad Vashem no aceptaba que Plagge hubiese arriesgado su vida o carrera pues el ejército alemán había aprobado el uso del trabajo de los prisioneros judíos para apoyar el esfuerzo de la guerra. Pero en su tercer intento, y habiendo reunido aún más material que apoyaba su teoría, logró su objetivo.
Plagge fue enjuiciado después de la guerra, como miles de alemanes. Las transcripciones del juicio muestran que los primeros prisioneros y subordinados atestiguaron a su favor pero él insistió en ser clasificado como cómplice.
Plagge murió en 1957 en su ciudad natal de Darmstadt, a los 59 años. Después de la guerra, se dijo que cargaba con la culpa de no haber salvado de los nazis a más personas.
En la ceremonia del lunes en Israel, el nombre de Plagge será inscripto en una pared, no lejos de los árboles que honran a Oskar Schindler, Raoul Wallenberg y otros quienes arriesgaron sus ”vidas, libertad o seguridad” para salvar a los judíos. Michael Good y su madre estarán allí para contemplarlo.
Traducción: Marcela de Marino