Miembros de la Iglesia Búlgara fueron reconocidos por su rol en detener las deportaciones de judíos búlgaros a los campos de concentración. Los obispos metropolitanos Stephan y Kiril recibieron un reconocimiento en la ceremonia luego de la premier de la película ”Los optimistas: la historia del rescate de judíos búlgaros del holocausto” realizada en Nueva York. El documental se focaliza en como los búlgaros ayudaron a sus amigos y vecinos judíos y detuvieron la deportación de la mayoría de los judíos búlgaros.
El evento fue esponsoreado por el Consulado General de Israel en Nueva York, el Consulado General de Bulgaria en Nueva York, La Sociedad Americana por Yad Vashem, el Comité Judío Americano, la Federación Americana Sefardí, el Centro por la Historia Judía y organizada en colaboración con la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.
Esme Berg, Director de la Federación Americana Sefardí, y H.E. Arve Mekel, Cónsul General de Israel en Nueva York, inauguraron el evento con algunos comentarios.
Seguido de la película, el Padre Dimitri Dmitroff, metropolitano de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, aceptó el premio en nombre de dos búlgaros metropolitanos que resalta la película, el obispo Stephan y el obispo Kiril, cuyos actos de oposición durante la segunda guerra mundial ayudo a salvar 50.000 judíos búlgaros de la deportación. El premio fue presentado por el Dr. David Elcott, Director de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Americano.
H.E. Arve Mekel, Cónsul General de Israel en Nueva York; H.E. Stefan Tarfov, Representante Permanente de la Republica de Bulgaria de las Naciones Unidas; H.E. Elena Poptodorova, Embajadora Búlgara en los Estados Unidos; Nikolay Milkov, Cónsul General de Bulgaria en Nueva York; Victoria Schonfeld, Cónsul Búlgara Hhonoraria en Nueva York y Abigail Tenenbaum, Vicepresidente de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, fueron algunas de las distinguidas personalidades que asistieron a la ceremonia.
El productor y director Jacky Comforty y H.E. Elena Poptodorova, Embajadora Búlgara en los Estados Unidos, estuvieron disponibles en una sesión de preguntas y respuestas donde los búlgaros que habitan en la ciudad de Nueva York tuvieran la oportunidad de expresar su gratitud al director de la película. Comforty le contó a la audiencia sobre los casi veinte años que le llevo finalizar el film, ”No hice la película para mi madre, quien aparece en ella y fue salvada por la gente de Bulgaria, la hice para educar al mundo sobre los grandes actos que realizaron estas personas y sobre como una persona puede realmente cambiar el curso de la historia”.
Traducción María Victoria Favia