Río de Janeiro (CJL-OJI) – El historiador Fábio Koifman escribió en el ”Jornal Alef”:
Los últimos meses han sido sumamente positivos en relación con nuestros esfuerzos para preservar la memoria del embajador Luiz Martins de Souza Dantas. Después del homenaje que fue realizado en el Consulado de Brasil en Nueva York, en el cual su Auditorio recibió el nombre del citado embajador; del importante acto realizado en su memoria en la Congregação Israelita Paulista (CIP) de São Paulo; de lograr incluir el nombre de Souza Dantas en un editorial del diario ”The New York Times”, del homenaje realizado en su memoria en la Cámara de Diputados del Estado de Río de Janeiro; y del expresivo homenaje que se realizó en la Maison de l’Amérique Latine en París, tras mucha insistencia hemos logrado que la Municipalidad de Río de Janeiro finalmente le diera el nombre del embajador a una importante plaza situada en el centro de la ciudad.
Con la ayuda de la diputada federal Telma de Souza, en septiembre pasado logramos que la Cámara de Diputados, en Brasilia, realizara una sesiòn solemne en honor del recordado diplomático.
Otro expresivo homenaje fue culminado con ayuda de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, para que Israel haya emitido un sello en honor de Souza Dantas.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg comentó sobre su personalidad que:
El embajador Luiz Martins de Souza Dantas, durante veinte años condujo la misión diplomática brasileña en Francia. Movido por lo que llamó más tarde ”un sentimiento de piedad cristiana”, desafió al mismo tiempo a las dos dictaduras (la nazi en Alemania y la de Getulio Vargas en Brasil). Concedió visas diplomáticas para entrar a Brasil a centenares de personas que desde el punto de vista de la política de inmigración brasileña, eran considerados ”indeseables”: judíos, comunistas, homosexuales, que huían del horror del nazismo. Con su gesto, Souza Dantas salvó cerca de 800 personas del exterminio. Se tornó en el equivalente brasileño del industrial alemán Oskar Schindler, quien salvó del holocausto a 1200 personas, conforme a lo que relató Steven Spielberg en su película ”La Lista de Schindler”. La memoria de los actos del diplomático quedaron olvidadas durante décadas. Solamente ahora se comienza a reservar su verdadero lugar en la historia. En junio del 2003 fue reconocido como un ”Justo entre las Naciones” uno de los pocos en recibir tal honor del Museo del Holocausto, en Israel, concedido solamente a quienes, bajo el yugo nazi, se arriesgaron por el bien de otras personas.