Martin Niemöller. Héroe de la Resistencia alemana.
6 de marzo. Aniversario de su fallecimiento
Primero vinieron por los comunistas,
pero como yo no era comunista
no alcé la voz.Luego vinieron por los socialistas y los sindicalistas,
pero como yo no era ninguna de las dos cosas,
tampoco alcé la voz.Después vinieron por los judíos,
y como yo no soy judío,
tampoco alcé la voz.Y cuando vinieron por mi,
ya no quedaba nadie que alzara la voz
para defenderme.
Martin Niemöller es, quizás, la figura emblemática de la resistencia alemana al Tercer Reich. Había nacido en Lippstadt, Westphalia, el 14 de enero de 1892. Fue teniente de un submarino durante la Primera Guerra Mundial y por sus servicios recibió la condecoración Pour le Mérite.
Finalizada la contienda dedicó sus horas al estudio de la teología. En 1924 fue ordenado pastor. Entre 1931 y 1937 tuvo a su cargo la iglesia Berlín-Dahlem y, como muchos otros alemanes protestantes, le dio la bienvenida al nazismo cuando asumió el poder en 1933. Creyó, como creyó la mayoría en un comienzo, que Hitler encarnaba el renacimiento del nacionalismo alemán, mitología devaluada por la derrota y los acuerdos de Versailles.
Su temprana autobiografía, ‘Del submarino al púlpito´ (‘Vom U-Boot zur Kanzel’), de 1933, fue profusamente elogiada por la prensa por sus ideas y prosa patrióticas.
Niemöller compartía con el régimen nazi el desprecio por los comunistas y por la República de Weimar sobre la cual él mismo decía que sólo le había dado a Alemania ´catorce años de oscuridad’.
Desencanto y desobediencia
Muy pronto, sin embargo, a comienzos de 1934, la ilusión de Niemöller se desvaneció cuando Hitler subordinó a la Iglesia Evangélica de Alemania con la colaboración de Ludwig Müller, obispo del Reich. Se instauró una suerte de neo-paganismo. El Antiguo Testamento fue abandonado. Todos los pastores fueron obligados a jurar lealtad al Reich bajo la consigna ‘Un Pueblo, Un Reich, Una Fe’. Quienes se opusieron a la aberración fueron arrestados y muchos murieron en las cámaras de gas. ‘El Nacional Socialismo y el Cristianismo son irreconciliables’, repetía Martin Bormann, la sombra de Hitler.
Con el objeto de preservar la independencia de la iglesia luterana de los avances del poder totalitario, Niemöller fundó en 1934 la Liga Pastoral de Emergencia (Pfarrernotbund) y asumió la conducción de la Iglesia Confesional (Bekennende Kirche), movimiento opositor que se diferenció claramente de los cristianos simpatizantes del nazismo.
En el marco del Sínodo General de mayo de 1934, la Iglesia Confesional se declaró como la legítima representante del protestantismo en Alemania y atrajo a sus filas a más de siete mil pastores. A sabiendas de cuáles eran los planes que la autoridad tenía para él, Niemöller dijo en uno de sus últimos sermones en el Reich: ‘Debemos usar nuestros poderes para liberarnos del brazo opresor de la autoridad así como lo hicieron los Apóstoles de antaño. No estamos dispuestos a guardar silencio por mandato del hombre cuando Dios nos ordena hablar.’
Hitler, furioso por la actitud de abierta rebeldía del otrora elogiado ministro de la fe, ordenó su arresto el 1º de julio de 1937. Enjuiciado en marzo de 1938, Niemöller fue encontrado culpable de acciones subversivas contra el Estado y se lo condenó a siete meses de reclusión y a pagar una multa de dos mil marcos.
Luego de cumplir la pena, Niemöller continuó practicando su tenaz desobediencia y fue nuevamente arrestado. Esta vez la condena resultó más severa y debió pasar siete años preso en el campo de concentración de Sachsenhausen bajo la figura legal de ‘custodia protectiva’ y, por órden de Hitler, como ‘prisionero personal del Führer’. Las tropas aliadas lo liberaron en 1945. Ese mismo año y durante una de sus clases, ya restituído a la vida académica, un alumno, azorado por el relato de Niemöller sobre lo sucedido en Alemania, le preguntó cómo había sido todo eso posible. Luego de meditar unos segundos, le respondió con el famoso poema que inicia este artículo.
En 1947 fue elegido presidente de la iglesia protestante en Hessen y Nassau, cargo que ocupó hasta su retiro en 1964, a la edad de setenta y dos años.
Pacifista consumado, dedicó los últimos años de su vida a predicar sobre el peligro de las armas nucleares, actividad que lo condujo a múltiples encuentros con políticos y organizaciones del bloque soviético. Murió en Wiesbaden, el 6 de marzo de 1984.
Buenos Aires y Berlín, ciudades hermanas
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg recuerda a Niemöller y a su ejemplo de vida. Además de las mundialmente conocidas figuras de la resistencia alemana hubo otras muchas personas que, de una u otra forma, desobedecieron flagrantemente el mandato del Tercer Reich. Junto con el Centro de Estudios sobre Antisemitismo de la Universidad Tecnológica de Berlín, conducido por el profesor Wolfgang Benz y dirigido académicamente por la Dra. Beate Kosmala, difundimos el producto de una investigación que hasta el momento ha recabado datos fehacientes sobre más de tres mil personas, en su mayoría berlineses, que auxiliaron a judios y otros perseguidos durante el imperio del Nacional Socialismo.
Por su parte, la Iglesia Evangélica de Alemania, en una decisión sin precedentes, ha resuelto emplazar en la Iglesia del Padre Nuestro de la capital alemana (Vaterunser-Kirche) una réplica del Mural Conmemorativo de las Víctimas del Holocausto. Este símbolo de la reconciliación fue instalado en 1997 en la Capilla de la Vírgen de Luján de la Catedral Metropolitana por el Cardenal Antonio Quarracino, a instancias de nuestra organización. Berlín será así la segunda metrópolis en el mundo en albergar un recordatorio de los asesinados en la Shoá dentro de un templo cristiano, privilegio hasta ahora ostentado sólo por la ciudad de Buenos Aires.
* Baruj Tenembaum es fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg. Nueva York, marzo de 2002.