Frieda Rung, nacida en 1880, vivía en un barrio burgués de Berlín y trabajaba como vendedora. En 1918 conoció a Hellmuth Cohn, nacido en 1895, y mantuvo contacto con él, su madre y su esposa.
En el inicio de la era nacionalsocialista Hellmut Cohn no fue perseguido merced al hecho de que su esposa no era judía. Al agravarse la represión, ésta, sin embargo, se separó de su esposo y en 1939 lo denunció por ”delito contra la raza”, ofensa que según las leyes de Nüremberg era pasible de sanción y, en muchas ocasiones, hasta castigada con la deportación a un campo de concentración. Desde la denuncia Hellmut Cohn huía de la Gestapo. Sus tres hijos se apartaron de él y rompieron todos los contactos.
Frieda Rung le brindó refugio a Hellmut Cohn en su casa, a pesar de que la policía la había citado e interrogado, ya que la señora Cohn declaró que su esposo también había cometido delito contra la raza con Frieda. Sin embargo, en este último caso el sumario fue cerrado. Puesto que no tenía documentación falsa, Hellmut Cohn nunca salió del pequeño piso. Al perder su trabajo en 1939, Frieda Rung tuvo que vender parte de sus joyas y muebles para poder comprar alimentos suficientes para ambos. En 1940 encontró trabajo en una pastelería.
A partir de 1943 los bombardeos sobre Berlín se intensificaron. Frieda y Hellmut se atrevieron a refugiarse en los búnker antiaéreos públicos en los que no había que presentar documentación. Hellmut Cohn permaneció hasta el final de la guerra en el piso de Frieda Rung y luego de finalizadas las hostilidades la pareja siguió compartiendo el piso por mucho tiempo.