El lunes 12 de julio tuvo lugar frente a la Knesset, el Parlamento de Israel, una demostración organizada por varias organizaciones de activistas que reclaman al gobierno de Israel más empeño en averiguar el destino de Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que durante el Holocausto salvó a decenas de miles de perseguidos por el régimen nazi, judíos en su mayoría.
La concentración fué convocada por la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, el Movimiento Amistad (Reut) y el Comité Honorario Raoul Wallenberg.
Hablaron el Ministro para Asuntos del Pueblo Judío y Jerusalén, Natan Sharansky; Baruj Tenembaum, fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg; Eli Joseph, líder del movimiento Amistad, y Max Grunberg, presidente del Comité Honorario Raoul Wallenberg.
Los oradores destacaron la deuda moral que tiene el pueblo judío y el Estado de Israel hacia Raoul Wallenberg, deudas que deben impulsar un mayor activismo para exigir a las autoridades de Rusia las explicaciones sobre la suerte corrida por Wallenberg, detenido y desaparecido por el Ejército Rojo el 17 de enero de 1945. La Unión Soviética a través de sus máximas autoridades señaló, primero en 1947 y luego en 1957, que Wallenberg había muerto mientras se encontraba en prisión. Sin embargo, jamás explicó por qué había sido detenido, ni aportó las pruebas de la supuesta muerte.
”El libro sagrado nos cuenta la historia del profeta Elías quien subió al cielo sin tiempo para consolar a su pueblo. Esta alegoría es aplicable a Wallenberg, una suerte de profeta-héroe que nos da esperanza para obtener del gobierno ruso una respuesta que nos ayude a llevar a Raoul a su casa. Iniciamos, pues, desde el mismo Parlamento del pueblo judío este pedido para que se logre resolver uno de los más grandes misterios de la historia moderna de humanidad. Si una sola persona pudo salvar a tantos otros, por que no creer que muchos podemos salvar solamente a uno.”, sostuvo Tenembaum en un tramo de su discurso, antes de solicitar al público un aplauso para celebrar la vida de Wallenberg.
La nota más emotiva la brindó la señora Lily Levi, salvada por Wallenberg cuando ella tenía apenas 10 años. Enterada de que en el consulado sueco se entregaban pasaportes de protección para judíos se paró en la larga fila de gente que esperaba su turno. Cuando estaba por entrar al edificio las puertas se cerraron. ”Comencé a llorar desconsoladamente. De repente veo la figura de un señor que se me acerca y ofrece llevarme a su casa para que al otro día fuera la primera en la fila y obtuviera la visa. Ese señor era Raoul Wallenberg”, dijo la señora Levy entre lágrimas.
Todos los oradores subrayaron el ejemplo moral de Wallenberg, de implicancias muy actuales para la sociedad israelí. Su figura, señalaron, debe ser incorporada al programa de enseñanza oficial en las escuelas. Wallenberg es un ejemplo vivo de solidaridad, coraje cívico y respeto por los derechos humanos.
La concentración finalizó con la entonación del himno nacional de Israel, ”Hatikvah”.