Una iniciativa de la Fundación Wallenberg de reconocimiento a los «salvadores» en guerras y conflictos
Cuando la persecución se acercaba a su puerta, miles de personas fueron salvadas en el siglo XX por las “Casas de vida”. Esas vidas humanas, o las de sus hijos, se deben hoy a aquellos salvadores que en ocasiones arriesgaron su propia vida.
Para recordar esas “Casas de vida” y a sus “salvadores”, la Junta Directiva de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg pide a todas las personas que tengan la adecuada información que comuniquen la dirección de hogares refugio durante la segunda guerra mundial, conflictos armados o genocidios.
Eduardo Eurnekian, presidente de la Fundación, recalca en un comunicado que «este llamado abarca no sólo el Holocausto sino también otros conflictos o situaciones en las cuales mucha gente dejó de lado la indiferencia y se mostró solidaria con toda persona perseguida. Un ejemplo, es la de los salvadores turcos que ayudaron a resguardar las vidas de armenios en los terribles sucesos de 1915″.
Baruj Tenembaum, fundador de la entidad, destaca que «esta iniciativa no responde a ninguna agenda política ni distingue las motivaciones del salvador; simplemente creemos que es importante reconocer a aquellos seres humanos que empatizan con la desgracia ajena y brindan ayuda a aquellos cuya libertad o la propia vida corren peligro».
“La Fundación Wallenberg desea obtener información fidedigna y detallada sobre actos de salvación ocurridos en el pasado o de carácter contemporáneo, incluyendo los nombres de los protagonistas (salvadores y salvados) y los detalles físicos del sitio de rescate en caso de que los salvados hayan sido cobijados en algún lugar específico”, aclara el comunicado emitido por la institución.
La primera “Casa de vida” que ha sido reconocida en una solemne ceremonia el 19 de noviembre, en Florencia (Italia), es la Casa Santo Nombre de Jesús, de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, que en 1943, durante el Holocausto, dio refugio a 40 mujeres y niños judíos, la mayoría no italianos.
Entre las personas acogidas se encontraban los dos hijos del rabino de Génova, Riccardo Pacifici, quien fue asesinado en Auschwitz.
Dado que los niños eran varones y el convento era sólo de mujeres, la madre superiora, Sandra Busnelli, les acogió con cariño y después les encontró refugio en una escuela cercana, el Instituto de Santa María, donde fueron protegidos por la madre Marta Folcia. Los muchachos vivieron allí hasta la liberación de Florencia.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg alienta a compartir información fidedigna sobre otras “Casas de vida” ya sea por e-mail (irwf@irwf.org), o por teléfono en las distintas sedes de la institución:
Nueva York: 212-7373275
Jerusalén: + 972-2-6257996
Buenos Aires: + 54-11-43827872
Más información: http://www.raoulwallenberg.net