Así lo manifestó Vilma Martínez, embajadora de Estados Unidos en nuestro país, al recordarlo en el sexagésimo quinto aniversario de su desaparición.
Informó la Fundación Internacional ”Raoul Wallenberg” que el 8 de febrero de 2010 la Embajadora de los Estados Unidos en Argentina, Vilma Martínez, fue la oradora central del acto en recuerdo del diplomático sueco Raoul Wallenberg, a 65 años de su desaparición.
Invitada por la Fundación Raoul Wallenberg, la embajadora Martínez habló junto a la estatua que en Buenos Aires recuerda al héroe de la segunda guerra mundial. También hablaron el Obispo de Zárate-Campana, Monseñor Oscar Sarlinga y Nicholas Tozer, miembro del Consejo Directivo de la ONG.
Entre los presentes se encontraban el vicecanciller argentino, Victorio Tachetti; Aldo Donzis, Presidente de la DAIA; Guillermo Borger, Presidente de la AMIA, el Gran Rabino Salomón Ben Hamú; numerosos embajadores y representantes de delegaciones diplomáticas, así como sobrevivientes del Holocausto. También asistieron el escritor Marcos Aguinis y los diputados nacionales Gabriela Michetti, Héctor ”Toty” Flores y Patricia Bullrich.
Durante la segunda mitad de 1944 Wallenberg salvó de una muerte segura a decenas de miles de judíos húngaros mediante una variedad de iniciativas riesgosas y poco convencionales. Fue detenido y desaparecido por el ejército soviético el 17 de enero de 1945. Su suerte y su paradero continúan siendo un misterio.
”Estados Unidos ha nombrado sólo a dos ‘ciudadanos honorarios’ en toda su historia, Raoul Wallenberg y Winston Churchill. La designación de Wallenberg por el Congreso de los Estados Unidos estuvo basada en los ideales que representó, particularmente su valiente determinación personal contra el racismo, la injusticia y el genocidio,” dijo la embajadora Martínez.
Por otra parte remarcó ”Raoul Wallenberg es un ejemplo de coraje sin par. El y la gran cantidad de personas a las que inspiró en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial lograron salvar del Holocausto a miles de judíos húngaros. Honramos a Wallenberg como un hombre que eligió hacer lo correcto en momentos extremos, y su vida debe servirnos de inspiración para enfrentar el racismo y la injusticia”.