Setenta años atrás un joven agente bursatil de Londres organizó la evacuación de 669 niños judíos checoslovacos en una operación que la historia conoce como Kindertransport (transporte de niños). De no haber sido por ese auxilio todos los menores hubiesen sido exterminados por los nazis. El nombre del salvador es Nicholas Winton.
Pocas personas merecen el Premio Nobel de la Paz como Sir Nicholas Winton quien, recientemente, cumplió 100 años de edad.
Sir Nicholas arriesgó su cómoda posición como agente de bolsa e inició una operación que cualquier persona sensata hubiese calificado como imposible. Sin embargo, a pesar de la magnitud de la gesta, Winton no le dio mayor importancia a su logro y, es más, lo mantuvo en secreto, sin divulgarlo a sus más cercanos familiares y amigos. La proeza se hizo pública luego de que, accidentalmente, en 1988, su esposa descubriera las notas y el diario del plan.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg, una ONG educativa creada en la Argentina, tiene el honor de promover la postulación de Sir Nicholas Winton al Premio Nobel de la Paz. A tal efecto ha lanzado una campaña mundial de solicitud de apoyos escribiendo a personalidades laureadas con el Premio Nobel, a representantes de numerosos parlamentos y a intelectuales de las más variadas disciplinas, entre otros factores mundiales.
Los 669 niños, sus descendientes, el pueblo judío y todo el mundo libre tienen una deuda de gratitud con este héroe singular.