La crónica periodística nos cuenta que el Movimiento Social Italiano (MSI)-Fiamma Tricolore, un diminuto partido de extrema derecha heredero del fascismo, ha decidido rendir tributo a Benito Mussolini pagando 1.500 euros a quienes llamen Benito a sus hijos varones recién nacidos.
Pagar para que padres y madres den determinados nombres a sus hijos es tan insólito como que los modelos sean personajes de incómoda posición en los registros de la historia.
Hace muchos años la Fundación Wallenberg inició una campaña mundial para que los niños recién nacidos reciban los nombres de personas que auxiliaron al prójimo condenado a muerte por el nazismo y sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, el nieto de Barbara Doubleday Mooyaart, traductora del diario de Ana Frank al idioma inglés, fue llamado Raoul, en honor de Wallenberg, el diplomático sueco salvador de decenas de miles de vidas en Hungría.
La mejor recompensa no es el dinero, sino el recuerdo indeleble de quienes tomaron partido por la vida, para que lo peor del pasado no se repita.
Nicholas Tozer.
Fundación Raoul Wallenberg
Nueva York.
noviembre 27, 2008