Vivió 65 años sin ciudadania por ser judio
Estoy feliz y emocionado por este sueño que se realizó”, dijo Bernardo Jerochim vestido con un impecable traje azul y una corbata al tono, regalo de uno de sus clientes, a los que cada día —y desde hace 50 años— les lustra los zapatos en el microcentro porteño. Este hombre de 78 años que hasta ayer no era ciudadano legal en ninguna nación, al fin volvió a ser alemán.
Su historia se remonta a la Alemania nazi, cuando sus padres huyeron a la Argentina junto a sus diez hijos. En 1941, una ley del nacionalsocialismo les quitó la ciudadanía a todos los judíos alemanes que vivieran fuera o dentro del país. Jerochim vivió 65 años sin patria.
El responsable de entregarle a Bernardo el certificado de ciudadanía que pronto se convertirá en pasaporte fue el embajador de Alemania, Rolf Schumacher. Su familia completa lo acompañó al acto, en el que también estuvieron su abogado, Alejandro Candioti —quien lo ayudó a juntar la infinita lista de documentos requeridos— y miembros de la Fundación Raoul Wallenberg, que colaboró en el último tramo de esta búsqueda.
”Nunca pedí la ciudadanía argentina porque mi papá luchó 5 años en la Primera Guerra. Y si él arriesgó su vida por Alemania, yo no podía tener otra nacionalidad”, afirmó Jerochim en un español en el que aún se cuela su idioma natal en alguna ”r”.
Su largo anhelo le impidió reencontrarse con su infancia, regresar a las calles de Berlín y volver a ver a su hermano Erwin con vida: murió hace poco más de un mes.
”Me alegra mucho que esta injusticia haya sido corregida”, dijo el embajador. Si bien tras el nazismo hay ”historias muy emocionantes, llenas de esperanzas destruidas, de angustias que permanecen, ésta parece sacada de una película”, agregó. ”Se conoce en qué medida el nazismo ha arruinado vidas, pero hay daños que aún perduran.”
A Bernardo Jerochim sólo le queda regresar a su patria. ”Varias veces me invitó la alcaldía de Berlín, pero no pude viajar porque no tenía pasaporte”, dijo. Ahora, al fin, podrá.