En el día del 21º cumpleaños de Jan Eliasson, falleció Dag Hammarskjold, el ex-secretario general sueco de las Naciones Unidas.
”Escuché las noticias en la radio. En ese mismo momento decidí que debía trabajar en Naciones Unidas y continuar su camino en la diplomacia. Fue uno de mis ídolos y héroes”, dijo Eliasson, quien a los 66 años es el presidente saliente de la 60º sesión de la Asamblea General.
La semana que viene, la carrera de Eliasson cerrará el círculo, ya que el 7 de noviembre será galardonado con el Primer Premio a la Inspiración de la Fundación de Dag Hammarskjold para los periodistas por sus enormes esfuerzos en promover la paz, el diálogo y la reconciliación a través de la diplomacia. El Secretario General saliente de Naciones Unidas, Kofi Annan y la mayoría de los embajadores ante ese organismo, asistirán al almuerzo anual.
Durante el año pasado y como un monarca en su trono en el hall de la Asamblea General, Eliasson ha estado sentado en el alto estrado de Naciones Unidas, presidiendo las reuniones de los representantes de 191 naciones.
Bajo su ”mandato”, Eliasson ha sido amigo de los judíos en lo que desde hace mucho tiempo se ha considerado ”territorio enemigo”. Jugó un papel clave, por ejemplo, en el pasaje de la resolución sobre tener un Día de Recordación a los Muertos del Holocausto en Naciones Unidas. Al comienzo, el plan tuvo muchos oponentes, que sugirieron incluir otros genocidios para reducir el impacto que esto provocaría. Tal como Eliasson comentó en una entrevista con el Jerusalem Post de Nueva York, ”hablé con mis amigos árabes y musulmanes y les pedí con mucha amabilidad que no votaran en contra de la resolución dado que se trataba de un mensaje muy importante”. La Asamblea General votó a favor de manera unánime el 1 de noviembre de 2005, y estableció el 27 de enero como la fecha de esa recordación. De acuerdo con un despacho de prensa de Naciones Unidas, la resolución rechaza ”cualquier negación del Holocausto como evento histórico, ya sea de manera parcial o total”. La Asamblea adoptó como texto consensuado que condena ”sin reserva alguna” todas las manifestaciones de ”intolerancia religiosa, incitación, abuso o violencia contra personas o comunidades, basados en el origen étnico o creencias religiosas, donde quiera que pudieran ocurrir”.
La resolución también urge a los estados miembros a desarrollar programas educativos que inculquen en las futuras generaciones, lecciones sobre el Holocausto para ayudar a evitar futuros actos de genocidio.
”Estamos muy orgullosos de que la Asamblea General tomara esta decisión”, dijo Eliasson. ”Por supuesto”, agregó, ”no solo debemos recordar el Holocausto, sino que además debemos hacer lo que sea para evitar los horrores sucedidos en Camboya, Rwanda, Serbia y (ahora) Darfur”.
La intervención de Eliasson fue aún más amplia. Aún antes de que accediera a la presidencia, ”Hatikva” había sido cantado en el Hall de la Asamblea General en la inauguración de una exhibición de Yad Vashem en enero de 2005 -convirtiéndose en el primer himno nacional que se haya cantado en la sede de Naciones Unidas. Durante el período de la presidencia de Eliasson, también se vio la continuación del fenómeno reciente de que Naciones Unidas haya sido la sede de exhibiciones y ceremonias judías relacionadas con el Holocausto. También ha habido seminarios de especialistas para debatir el antisemitismo. Annan, junto con su esposa sueca Nane, la sobrina de Raoul Wallenberg, ha dado grandes discursos sobre las preocupaciones de los judíos.
Debido a la gran cantidad de críticas constantes sobre la retórica anti Israel por parte de Naciones Unidas, estos hechos marcan una gran diferencia. Y es Eliasson, un diplomático veterano (trabajó muy cerca de Olaf Palme, ex primer ministro de Suecia, para mediar por la finalización de la guerra entre Irán e Irak) y que ha ocupado varias posiciones prominentes en Naciones Unidas y por un breve período ha sido Ministro de Relaciones Exteriores, a quien se le acredita ampliamente haber sido el artífice de este cambio.
ELIASSON NUNCA nunca deseó ser un diplomático neutral, le dijo al Post. Su intención fue la de ser alguien que tomara una posición e hiciera una diferencia. El modelo de Eliasson fue Raoul Wallenberg, el diplomático sueco quien, mientras se encontraba en Budapest durante el Holocausto, salvó las vidas de 100.000 judíos dándoles documentos de viaje.
Sobre Wallenberg, dijo, ”Sentí su pasión y compasión. En la vida nada sucede sin pasión. Estaba enojado e insatisfecho por la manera en que el gobierno sueco manejó la desaparición de Wallenberg en 1945 (fue arrestado por el ejército soviético en Budapest, los rusos declararon que había muerto más tarde en la prisión de Moscú) y pienso que deberían haberse hecho esfuerzos más grandes (para encontrarlo). Todavía lamento no haber sido un diplomático en ese entonces – creo que hubiera elegido una línea más activa”.
Eliasson fue embajador de Suecia ante las Naciones Unidas desde 1988 hasta 1992 y fue testigo de los horrores de la guerra civil que dividió en partes a África y a Bosnia. Eliasson y colegas como Tom Pickering (ex embajador de Naciones Unidas ante Israel) decidieron crear una dimensión humanitaria en Naciones Unidas y tratar de salvar vidas en situaciones de crisis y de guerra.
Esta iniciativa creció dentro del Departamento de Asuntos Humanitarios -la oficina de Naciones Unidas de asistencia humanitaria, que ahora es un importante cuerpo que lidia con crisis humanitarias. Ocupando el primer puesto después del Secretario General de la ONU en asuntos humanitarios, Eliasson que tiene tres hijos y cinco nietos, viajó desde la sofisticada Nueva York a los sombríos campos de Somalia en el otoño de 1992 a lo que describió como la peor pesadilla viviente que haya experimentado alguna vez. Vio enormes cantidades de gente muriendo, y a los trabajadores de la UNICEF, enfermeras irlandesas, doctores holandeses y somalíes trabajando día y noche en esos campos para tratar de salvarlos.
”Había pequeñas bolsas de papel para los niños muertos y grandes bolsas para los adultos que morían: cada noche, se transportaban tres o cuatro bolsas pequeñas y dos bolsas grandes”, recordó.
Esta experiencia lo empujó a Eliasson a prevenir más que a esperar hasta que ocurriera un desastre.
Renunció a Naciones Unidas para tomarse un descanso reparador y enseñar en la Universidad sueca de Uppsala. Escribió un libro, ”How to Prevent Violent Conflict” (Cómo evitar el conflicto violento), que se transformó años más tarde en un programa de la Unión Europea.
Fue en ese momento en el que creció su interés y compromiso en la comunidad judía. En el 50º aniversario de la desaparición de Wallenberg, se le otorgó a Eliasson lo que él describe como el ”honor más importante de mi vida”. La familia de Wallenberg le solicitó que hablara en su nombre en la ceremonia del parlamento sueco. Los demás oradores fueron el primer ministro y el líder de la oposición.
Los contactos que llevaron a esta invitación, dijo, incluían su larga amistad con Annan y el hecho de que la esposa de Eliasson, Kerstin, fue compañera de estudios de Nane Annan.
Su discurso cautivó la atención de la audiencia norteamericana (Wallenberg ha sido declarado ciudadano honorario norteamericano, un estatus alcanzado a través de los esfuerzos del congresista nacido en Budapest, Tom Lantos, un sobreviviente del Holocausto, salvado por Wallenberg).
Cuando Eliasson vino a Washington como embajador sueco en 2000, Lantos fue la persona que más cordialmente lo recibió y él y su esposa Annette se convirtieron en muy buenos amigos de los Eliasson. A través de ellos, él se reunió con miembros prominentes de la comunidad judía, incluidos los miembros del Congreso Judío Americano y el Comité Judío Americano. Eliasson se convirtió en especialista sobre el caso Wallenberg y habló todos los años a practicantes del Congreso de los Estados Unidos.
La conexión de Suecia con la comunidad judía continuó creciendo: el primer ministro de ese momento, Goran Persson, comenzó una campaña por la educación sobre el Holocausto en el año 2000, y Eliasson trabajó con Persson en esta iniciativa.
Existe ahora también una institución en Estocolmo que se centra en el entrenamiento en educación sobre cultura judía y las escrituras judías conocido como la iniciativa PAIDAIA. Eliasson es miembro honorario y ayuda al gobierno sueco a obtener un compromiso de 40 millones de Krouns ($5 millones) para financiar esta iniciativa.
Buenos amigos con el embajador de Israel en Naciones Unidas, Dan Guillerman, Eliasson dijo que estaba muy contento de que Gillerman se convirtiera en el vice-presidente de la Asamblea General, el último enviado que recibió este honor fue Abba Eban.
Durante su presidencia en la Asamblea General, Eliasson dijo que iría aún más lejos para construir enlaces más fuertes entre Israel y las Naciones Unidas. ”Hemos hecho cosas muy importantes, pero todos sabemos que todavía nos queda un largo camino por recorrer”, dijo.
El 12 de septiembre, la sucesora de Eliasson en la presidencia de la Asamblea General, inició sus funciones. Su Excelencia la Embajadora Haya Rashed AlKhalifa de Bahrain, una abogada internacional y ex-embajadora ante Francia, lo elogió durante su discurso de aceptación por ”haber realizado grandes esfuerzos en el progreso de la reforma de Naciones Unidas y por la paz y la seguridad internacional”.
Ella dijo, que se mantendría en el camino trazado por Eliasson. Desde la perspectiva israelí y judía, es una misión muy importante.
Traducción: Graciela Forman