Un largometraje sobre el embajador sueco Harald Edelstam, que ayudó a salir de Chile a cientos de opositores en los primeros meses de la cruenta dictadura del general Augusto Pinochet, entre ellos varios uruguayos, comenzó a ser rodado en Santiago.
La historia del embajador Edelstam, fallecido en 1989, y su vinculación con Chile comenzó su rodaje el jueves en plena avenida Pedro de Valdivia al este de la capital, frente a la embajada de Uruguay, donde se constituyó uno de los escenarios del filme, cuyo director es el sueco Uls Hultberg.
La producción sueco-danesa-mexicana, ”The black pimpernel” (El clavel negro), recrea la forma en que el diplomático logró salvar la vida de la joven uruguaya Mirta Fernández, el 24 de noviembre de 1973, cuando con sus propias manos logró defenderla de los agentes de la policía secreta del ex dictador (1973-1990).
Tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 en que Pinochet derrocó al presidente socialista Salvador Allende, Edelstam visitaba diariamente el Estadio Nacional de la capital, convertido en una enorme cárcel por donde pasaron 12.000 opositores, algunos de los cuales murieron y otros fueron torturados.
Edelstam, que presentó sus credenciales de embajador ante el presidente Allende en 1972, había logrado rescatar el 9 de octubre de 1973 a 41 uruguayos detenidos en el coliseo con la ayuda del mayor del Ejército chileno Isaías Lavanderos.
Mientras el militar fue fusilado cuatro días más tarde, Mirta -una de las rescatadas del Estadio- sufrió una crisis y debió ser internada en una clínica privada de Santiago donde era custodiada personalmente por el embajador.
Pero el 24 de noviembre agentes de la policía secreta de Pinochet llegaron hasta el centro de salud con la intención de capturarla porque se hallaba ”en territorio chileno”.
El embajador, que se opuso a los nazis en distintas destinaciones diplomáticas en la Europa de la II guerra mundial, forcejeó mano a mano con los agentes e impidió que se llevaran a la joven, quien finalmente pudo viajar a Europa.
Desde su trinchera diplomática, el embajador concedía salvoconductos, conducía en su propio vehículo a los perseguidos, visitaba refugios y se coordinaba con organizaciones internacionales, despertando la hostilidad de la entonces gobernante Junta Militar que tomó el mando tras el derrocamiento de Allende, quien se suicidó en el Palacio de La Moneda en medio de la asonada golpista.
Tras esta peligrosa conducta, en diciembre de ese mismo año Edelstam fue declarado ”persona non grata” por el gobierno militar y debió abandonar Chile, poniendo fin abruptamente a casi tres meses de intensa actividad en favor de los perseguidos de la dictadura, que dejó un saldo de más de 3.000 muertos y desaparecidos (1973-1990).
Pinochet, hoy de 90 años, dejó el mando en marzo de 1990 pero siguió a la cabeza del Ejército hasta 1998. El anciano general enfrenta ahora dos procesos, uno por violaciones a los derechos humanos y otro por fraude al fisco, que lo mantuvieron bajo arresto domiciliario durante 49 días antes de lograr su libertad hace una semana previo pago de una fianza de 20.000 dólares.
HDA
Globovisión/AFP