Como nos ven
El País,
Madrid
En julio de 1938, las embajadas de Argentina en Europa recibieron una comunicación secreta en la que se les ordenaba negar el visado a quien quisiera huir de su país. La orden supuso la muerte para miles de judíos que no pudieron salir de Alemania y fueron deportados más tarde a los campos de exterminio. Sin embargo, estos documentos desaparecieron tras la contienda hasta que en 1998 apareció una de las copias olvidada en un archivo de la Embajada Argentina en Suecia.
Ahora la circular secreta ha sido anulada solemnemente en la Casa Rosada por el canciller argentino, Rafael Bielsa.
Argentina fue refugio, tras la victoria aliada, de personas que sirvieron al régimen de Adolfo Hitler. Pero diferentes organizaciones judías pidieron durante años que se indagara sobre si esta colaboración había ido más allá. Así, durante la presidencia de Carlos Menem, su ministro de Exteriores Guido Di Tella creó la Comisión de Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en Argentina. Una de sus investigadoras encontró el documento que implicaba al Gobierno de 1938 en la negación de auxilio a los perseguidos, pero la Administración de Menem decidió archivar el caso. La investigadora abandonó la comisión y desde entonces la Fundación Wallenberg exigió la derogación de un decreto que había dejado desamparadas a miles de personas.
La actitud de las autoridades argentinas fue la de negar la existencia de la circular. Para complicar las cosas, en julio de 2001, bajo el Gobierno de Fernando de la Rúa, fue colocada una placa frente a la Cancillería argentina en la que se homenajeaba a 12 di – plomáticos argentinos ”que se destacaron durante el régimen del Tercer Reich”.
El antisemitismo no es un asunto menor para un país con por lo menos 250.000 judíos y que sufrió los dos mayores atentados terroristas de su historia.