Retrospectiva de Baruj Tenembaum, fundador de la Fundación Raoul Wallenberg
NUEVA YORK, martes, 25 octubre 2005 (ZENIT.org).- Un representante judío considera la declaración del Concilio Vaticano II «Nostra Aetate», publicada hace cuarenta años, constituye un «un hito histórico» que redefinió totalmente las relaciones entre católicos y judíos.
En declaraciones concedidas a Zenit, Baruj Tenembaum, presidente y fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, recuerda la importancia que tuvo en este sentido la elección del cardenal Angelo Giuseppe Roncalli, elegido Papa en 1958 con el nombre de Juan XXIII.
«Con la llegada al trono de Pedro del Papa Bueno comenzó una extraordinaria revolución dentro de la Iglesia católica, promovida desde la palabra y la acción del Concilio Vaticano II, un hito histórico que redefinió completamente la relación entre la Iglesia y el Judaísmo», afirma este judío nacido en Argentina.
El pontífice convocaría el Concilio que publicaría el 28 de octubre de 1965, siendo Papa ya Pablo VI, esa histórica declaración «sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas».
«Este punto de inflexión en la historia de las relaciones judeo-católicas no fue el resultado del azar u oportunismo político; fue el testimonio que confirmó una nueva actitud hacia el pueblo judío. Una verdadera transformación originada en los sentimientos y profundo sentido de reconciliación de Juan XXIII», añade.
Por este motivo, Tenembaum creó en el año 2000 el Comité Angelo Roncalli para el reconocimiento de la acción humanitaria desplegada por el nuncio apostólico Angelo Roncalli, en favor de personas perseguidas por el régimen nazi.
Según los informes de las investigaciones llevadas a cabo por este Comité, informa el fundador, «Angelo Roncalli arriesgó su posición y seguridad al proveer miles de visas turcas, certificados de bautismo ”temporales”, y certificados de inmigración, autorizando la entrada a Palestina de judíos húngaros perseguidos por los nazis».
«De acuerdo a testimonios dados en el juicio de Nüremberg, sus intervenciones ayudaron a salvar decenas de miles de personas. Fuentes católicas señalan que alrededor de 80.000 certificados fueron otorgados. Roncalli también estuvo involucrado en el destino de judíos de Francia, Eslovaquia, Croacia, Bulgaria Rumania e Italia», informa Tenembaum.
«Monseñor Roncalli no sólo actuó directamente para salvar miles de hombres, mujeres y niños condenados al exterminio, también fue una persona incansable que durante la guerra denuncio el genocidio llevado a cabo por los nazis ante el Vaticano y a las naciones aliadas», indica el representante judío.
«La tenacidad y el compromiso determinado de monseñor Roncalli con quienes sufrían, su amplio criterio y visión profética explican la coherencia de su vida y trabajo. La humanidad todavía tiene mucho que aprender de su maravilloso apostolado», añade.
Con la presencia del secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano, este Comité rindió homenaje a la memoria del Papa Juan XXIII el 7 de septiembre de 2000, en la Misión de Observación Permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas en Nueva York. En esa ocasión, se anunció el lanzamiento del Comité Internacional Angelo Roncalli.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg editó en 2001 un trabajo de investigación sin precedentes que documenta las acciones en favor de perseguidos llevadas a cabo por el delegado apostólico en Estambul durante el Holocausto.
El Correo Argentino emitió en 2003 un Entero Postal dedicado a conmemorar la figura de monseñor Angelo Giuseppe Roncalli.
En julio de de 2004, el cardenal Walter Kasper, presidente de la Comisión vaticana para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, inauguró la sala de Jardín de Infantes «Monseñor Angelo Roncalli» del Centro Comunitario Raoul Wallenberg, sede del Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza (MTDLM), en el Barrio La Juanita, localidad de Gregorio de Laferrere, provincia de Buenos Aires.