Para conmemorar el cumpleaños 98º de Raoul Wallenberg la sede Nueva York de la Fundación Wallenberg invitó a un grupo de sobrevivientes a compartir sus testimonios acerca del hombre que salvó sus vidas.
Ya que no hay palabras que puedan expresar mi eterna gratitud a ti, Raoul Wallenberg, le puse a mi hijo el nombre de Raoul. Nacido en Londres en 1957, en homenaje a ti, por haber salvado a su abuela el 27 de noviembre de 1944, en una fábrica de ladrillos de Budapest.
George Boros, Canadá
Nunca le vi la cara, pero aún así es parte de todo, dentro y fuera mío. De acuerdo a mi padre, que D—s lo proteja, Raoul tenía un enorme carisma. Con un corazón tan gran de no había nada que pudiera contenerlo. Su coraje es mítico. Hoy, hay sobrevivientes de los cuales descienden millones de hijos y millones de nietos que caminan sobre la faz de la tierra gracias a lo hecho por Raoul. ¿Qué se puede decir? ¡Cien mil judíos salvados! Hay algunas pocas personas que visitan este mundo que no pueden definirse porque las palabras necesarias para hacerlo aún no fueron inventadas.
Kayla Kaufman, Estados Unidos
Luego de mi escape de un campo nazi de trabajo esclavo encontré refugio en Budapest en una de las casas de seguridad organizadas por Wallenberg. Él salvó mi vida pero lo que me ha quedado grabado para siempre en la memoria es haberlo visto en la estación de trenes sacando a judíos de los vagones que tenían como destino los campos de la muerte. Wallenberg era más que heroico. Para mí simboliza lo mejor que la humanidad puede dar.
Frank Shatz, Estados Unidos
Sesenta y cinco años no disminuyen el dolor de lo injusto, el arresto y la muerte de Raoul Wallenberg por una dictadura de distinto signo de la que él combatió. Fue Raoul quien me rescató de las orillas del Danubio a donde había sido llevado para ser ejecutado. Todavía lloramos a Raoul.
Dr. Erwin K. Koranyi, Canadá
Entre los muchos justos gentiles que ayudaron a mí y a mi familia Wallenberg es seguramente el primero en la lista. ¡Gracias Raoul!
Tom Sommer, Canadá
La persona de más coraje en toda la historia, Raoul Wallenberg salvó a mi familia de una muerte segura. Estamos agradecidos para siempre.
Giselle Bulow y George Schwartz, Estados Unidos
No estaría aquí si no fuese por Wallenberg. No sólo nos dio el pasaporte que salvó nuestras vidas sino que nos suministró comida cuando era imposible conseguirla. Es tremendamente injusto que los rusos lo hayan encarcelado.
Mona Kramer, Estados Unidos
Yo tenía seis años cuando la mayoría de los judíos de Hungría comenzaron a ser asesinados. Sobrevívi gracias a Wallenberg. Era un hombre de coraje y determinación. La otra persona a la que recuerdo es a nuestra mucama cristiana quien fue como una segunda madre para mi y quien ayudó heroicamente gente perseguida. Como a todos, a Raoul lo cambiaron sus propias acciones y se volcó progresivamente a salvar la mayor cantidad de vidas posibles convirtiéndose así en un héroe de todos los tiempos.
Ervin Staub, Estados Unidos
Professor de Psicología y Director Emérito de la Universidad de Massachusetts.
Yo estaba en Budapest en 1944 cuando Wallenberg llegó a la capital de Hungría. A pesar de que no lo conocía por entonces logré sobrevivir gracias a él. Nunca lo olvidaré.
Michael Blain, Estados Unidos
Nuestros pensamientos están con Raoul Wallenberg en este 98º aniversario de su nacimiento. Si hay un hombre importante en nuestras vidas ese es Wallenberg. Vivió como un héroe y murió como un héroe.
George y Agi Adler, Estados Unidos
Wallenberg es el más grande héroe de mi vida. Valiente, arriesgó su vida sin egoismo y salvó a decenas de miles de judíos a quienes no conocía y con quienes no compartía su religión.
Janos Beer, Estados Unidos
Muy pocas personas en el mundo han tenido la habilidad necesaria para luchar contra el mal. Wallenberg fue una de ellas.
Judith Brody, Reino Unido
Raoul Wallenberg hizo por mi lo más importante que un ser humano puede hacer por otro: salvar su vida. Y no lo hizo firmando un papel o enviando a alguien en su lugar. No, lo hizo personalemente. Yo estaba parado al borde del río Danubio esperando ser enviado a Auschwitz para ser ejecutado cuando él llegó, me tomó de la mano y me sacó de la fila de la muerte. Le estoy agradecido por el resto de mi vida.
Dr. Nomi Gur, Israel
Fui salvada por Wallenberg y me recibí como psiquiatra y psicoanalista. Lo recordaré durante toda mi vida. Él está conmigo cada vez que hago algo para ayudar a una personas. A él le hubiera gustado lo que hago por otros.
Alice Breuer, Suecia
Las acciones de Wallenberg eran una antorcha que iluminó las vidas de miles de condenados por el nazismo. Wallenberg se levantó contra la inhumanidad del sistema dominante y se atrevió a oponerse para salvar a las víctimas. Estoy hoy con vida porque tuve la fortuna de que me ofreciera un refugio seguro. La antorcha hoy está apagada pero su memoria brillará para siempre. Su bondad y su valentía serán recordadas con agradecimiento por las futuras generaciones.
Agnes Adler, Estados Unidos
Somos los hijos de Josef Wosner, un sobreviviente del Holocausto ayudado por Wallenberg cuando estaba en el campo de trabajos forzados de Gyor. No podemos menos que estar eternamente agradecidos a Wallenberg. Nuestro padre fue inmediatamente liberado del campo pero todos los compañeros que no pudieron salir fueron exterminados. Agradecemos la oportunidad que se nos brinda para incluir este testimonio.
Evelyn Wosner Grausz y Miguel Wosner, Israel
En el momento más oscuro de mi vida Wallenberg, milagrosamente, me salvó. Pero nunca tuve la oportunidad de decirle gracias. Siempre lo recordaré como un héroe y un símbolo luminoso de la humanidad. La memoria de Wallenberg debe preservarse y mantenerse viva para las generaciones venideras. Mi pequeño nieto lleva orgullosamente su nombre: Raoul.
Tibor Gonda, Estados Unidos
Querida familia Wallenberg,
¿Cómo puede uno agradecer a quien le salvó la vida? No hay palabra que pueda expresar mi gratitud. Era muy joven por entonces pero mirando hacia el pasado entiendo el sacrificio y la humanidad de Raoul al salvar a tantos judíos. Nunca olvidaré lo que hizo para salvarme y seguiré contándoles la historia a mis hijos y nietos para que nunca se olvide.
Veronika Gelb, Estados Unidos