Una honorable donación a la comunidad judía del Oratorio de Santa María del Sábado, una estructura de propiedad de la archidiócesis
El 12 de enero, en Sicilia, se produjo un importante gesto de reconciliación entre católicos y judíos. Accediendo a la solicitud de un lugar de estudio y de culto para la comunidad judía de Palermo realizada por Evelyne Aouate, presidenta del Instituto de Estudios Judíos Siciliano, el arzobispo Corrado Lorefice ha entregado a la comunidad judía local una estructura de propiedad de su arquidiócesis, el Oratorio de Santa María del Sábado, en el complejo de la iglesia de San Nicolás de Tolentino, construido justo donde hasta 1493 había una sinagoga.
No fue una coincidencia la fecha del acto que abre el camino para la reconstrucción de la Sinagoga de Palermo, ya que se produjo en el aniversario de cuando los españoles – en 1493 – aplicaron en Sicilia la expulsión de los judíos que habían ordenado el año anterior Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, cumpliendo el designio de Torquemada.
La iniciativa, en el contexto de un clima de renacimiento para la pequeña comunidad judía de Palermo, es el resultado de discusiones abiertas entre los líderes de las Comunidades Judías de Italia, acompañados por la ONG Shavei Israel y la Iglesia Católica. El Consejo Directivo de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg aprobó por unanimidad la «concesión de la medalla Raoul Wallenberg a Monseñor Corrado Lorefice», en reconocimiento a su contribución al diálogo interreligioso: un ejemplo de la reconciliación y el respeto mutuo entre personas de diferentes religiones, algo vital, especialmente en los actuales tiempos difíciles «.
La Fundación Wallenberg, fundada por Baruj Tenembaum y dedicada al famoso diplomático sueco que salvó a un gran número de personas en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial, es una organización no gubernamental con sede en Nueva York y oficinas de representación en importantes capitales. Entre sus miembros hay más de 300 jefes de estado y de gobierno, en funciones o retirados, ganadores del Premio Nobel y personalidades de diferentes nacionalidades y religiones, entre ellos Jorge Mario Bergoglio, quien se sumó a la organización global cuando aún era arzobispo de Buenos Aires. La misión principal de la Fundación es preservar y difundir el legado de Wallenberg y todos los hombres y mujeres que han dado refugio a perseguidos durante el Holocausto, el genocidio armenio, y otros capítulos trágicos en la historia humana. La organización centra sus esfuerzos en la investigación y la formación, tratando de inculcar el espíritu de solidaridad de los salvadores entre las generaciones más jóvenes.
Actualmente la Fundación está comprometida con su programa «Casas de Vida», cuyo objetivo es identificar y reconocer los edificios, que, en Europa, sirvieron como refugio para las víctimas del nazismo y otras persecuciones. En menos de tres años, más de 500 «Casas de Vida» han sido descubiertos en Italia, Francia, Bélgica, Polonia, Hungría, Países Bajos, Dinamarca y Grecia, y los números están aumentando día a día. Eduardo Eurnekian, presidente de la Fundación Wallenberg, dijo que «recientemente Monseñor Lorefice fue informado de la decisión de otorgar este reconocimiento y ahora estamos a la espera de su aceptación con el fin de proceder a la ceremonia. El gesto de buena voluntad y hermandad de Monseñor Lorefice merece nuestro agradecimiento y nuestro reconocimiento, ya que abre puentes de diálogo y entendimiento entre los hombres «.
Traducción: FIRW