Señor Presidente, nos dirigimos a usted en nombre de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, a la luz de la publicación de los diarios personales del general Ivan Serov. Solicitamos a usted considere la posibilidad de permitir el acceso libre y sin restricciones a los archivos de la KGB, a los efectos de localizar los restos de Raoul Wallenberg y su chofer Vilmos Langfelder, y llevarlos a su patria natal para un apropiado entierro. Los padres de Raoul y su padrastro están enterrados en Suecia. Su hermana, Nina, está viva y merece ver la tumba. No podemos dejar de recordar al fallecido profesor Guy von Dardel, hermano de Wallenberg y amigo de la Fundación, que dedicó la mayor parte de su vida a esta noble causa. La Fundación ofrece erigir un monumento en Moscú, como símbolo de paz, solidaridad y reconciliación y como muestra de agradecimiento a Rusia.Nuestra misión es preservar y difundir el legado valiente de Raoul Wallenberg y sus semejantes; a saber, las mujeres y los hombres que ayudaron a perseguidos, sin importar religión o nacionalidad. El pasado 4 de agosto, mientras realizábamos ceremonias en Buenos Aires, Tel Aviv, Nueva York y Budapest para conmemorar a Raoul Wallenberg en su 104º cumpleaños, los medios de comunicación transmitieron la noticia de la aparición de los diarios de Ivan Serov, ex director de la KGB. De acuerdo a Serov, el diplomático sueco murió en la Unión Soviética como consecuencia de órdenes impartidas por Joseph Stalin. Los diarios de Ivan Serov corroboran una declaración oficial hecha por escrito que recibimos el 15 de junio de 2006, firmada por el entonces ministro consejero de la Misión de la Federación Rusa en Washington DC, Alexander Darchiev (actual embajador de Rusia en Ottawa). El diplomático de alto nivel y con experiencia fue claro e inequívoco al afirmar que “el señor Wallenberg murió, o más probablemente pereció en la URSS el 17 de julio de 1947”. Además, resaltó que “la muerte de Wallenberg recae en el liderazgo URSS de entonces, y sobre Stalin personalmente”. Tras la recepción de la carta del señor Darchiev, la hemos hecho pública y la transmitimos a los medios de comunicación y las autoridades rusas, sin ningún resultado importante, pero la veracidad de sus afirmaciones están bien respaldadas por la información que ahora revelan los diarios de Iván Serov. Raoul Wallenberg fue uno de los más grandes héroes de la historia. Hemos erigido bustos en honor a él en Argentina.
Señor Presidente, ambos firmantes estarían dispuestos a viajar especialmente a Moscú con el fin de reunirse con usted y coordinar todas las medidas necesarias para facilitar el regreso a casa de Raoul Wallenberg.
Eduardo Eurnekian
PRESIDENTE FUNDACION RAOUL WALLENBERG
Baruj Tenembaum
FUNDADOR