Salvaron a cientos de judíos de las garras del nazismo. En Buenos Aires, próximamente, se construirá un monumento para homenajearlos.
Cuando el referente local nazi llegó al departamento del matrimonio armenio de Aram y Felicia Taschdjian para verificar una denuncia, no imaginó que quien estaba sentado en el living era Valentin Skidelsky, un judío que había logrado escapar de un campo de concentración al este de Viena. Creyendo que se trataba de un invitado de la familia, el oficial no le pidió documentos. De haberlo hecho, todos, incluso la hijita de 8 años del matrimonio, habrían sido asesinados.
La pareja enfrentó un gran riesgo escondiendo en su propia casa a un judío y compartiendo con él su ropa y comida en un período de racionalización y escasez. En 1930, otro joven armenio, Ara Jeretzian, que había emigrado a Hungría, se unió al partido cruzado de la flecha, modelado según el movimiento alemán nazi. Aunque con los años renunció por no aprobar la política de violencia contra los judíos, durante el tiempo que gobernó el partido usó sus inf luencias para salvar a más de 400 judíos. Organizó un pequeño hospital en una casa bajo la protección de la embajada sueca, en la que se atendía gratuitamente a civiles y soldados húngaros. Alrededor de cuarenta médicos judíos con documentos arios eran empleados de la clínica y vivían allí con sus familias. Jeretzian usó sus conexiones para obtener permisos, documentos falsos, cubriendo los costos con su propio dinero.
A la fecha, 14 casos semejantes fueron declarados «Justos de la humanidad» por Yad Vashen, el ente para el recuerdo de los mártires y héroes del holocausto. Héroes como el empresario alemán Oskar Schindler, cuya vida fue llevada al cine por Steven Spielberg.
En reconocimiento a ellos, el empresario argentino de origen armenio Eduardo Eurnekian y la Fundación Raoul Wallenberg decidieron rendir un tributo único en el mundo.
En diálogo con Valores Religiosos, el empresario dijo que no quiere que el homenaje se ciña sólo a sus paisanos, sino que se inscriba en el marco de «la recordación, el reconocimiento y la gratitud a todos los que, a riesgo de sus vidas, protegieron a personas perseguidas por sus ideas, su pertenencia a un pueblo, raza o religión y que estuvieron en peligro de ser víctimas de delitos de lesa humanidad».
El monumento se construirá próximamente en la ciudad de Buenos Aires.