abril 6, 2019

La Fundacion Wallenberg recuerda a Aristides de Sousa Mendes en el aniversario de su fallecimiento

Aristides de Sousa Mendes: desafiar a las dictaduras

 

El 3 de abril de 1954 moría Aristides de Sousa Mendes, diplomático portugués y héroe de la segunda guerra mundial, responsable directo de haber salvado las vidas de decenas de miles de perseguidos por el nazismo.

Su acción de rescate a comienzos de la Segunda Guerra Mundial fue imitada por diplomáticos de distintas partes del mundo. Entre otros, el sueco Raoul Wallenberg en Budapest, la chilena María Edwards de Errázuriz en Francia y el Delegado Apostólico en Estanbul, Angelo Roncalli, en 1958 elegido Papa Juan XXIII.

En la primavera de 1940 Sousa Mendes era el Cónsul General de Portugal en Bordeaux, Francia, cuando la «blitzkrieg» (guerra relámpago) nazi desbordó las defensas francesas en Sedán, el 14 de mayo.

Una multitud de refugiados de diversas nacionalidades, entre ellos miles de judíos, llegó a la ciudad francesa con la esperanza de obtener una visa de tránsito hacia Portugal para luego viajar a América.

A pesar de las directivas del gobierno del dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar, que prohibían a sus diplomáticos extender visas a judíos expulsados de sus países de origen, Sousa Mendes emitió miles de permisos de tránsito no sólo en Bordeaux sino también en Bayona y en las calles de Hendaya, en la frontera con España. Gracias a su gestión alrededor de treinta mil refugiados recibieron ayuda, entre ellos diez mil judíos que evitaron una muerte segura en las cámaras de gas.

Entregaré una visa a toda persona que la necesite, pueda o no pueda pagarla. Actuaré como mi conciencia de cristiano me lo indica, repetía a quien quisiera escucharlo.

Por desobedecer a Oliveira Salazar fue expulsado sin beneficios del servicio exterior portugués y la mención de su nombre fue prohibida por décadas en Portugal. Vivió el resto de sus días como un marginado, perdió su casa y murió en la más absoluta pobreza el 3 de abril de 1954. Recién en 1987 el Presidente Mario Soares le otorgó a Sousa Mendes la Orden de la Libertad y públicamente pidió perdón a sus familiares por las injusticias cometidas.

Para celebrar su vida y gesta, Peter Malkin, el hombre que en 1960 capturó a Adolf Eichmann en Buenos Aires, realizó un retrato de Sousa Mendes que hoy se exhibe en la sede central de la Fundación Raoul Wallenberg en Nueva York.

En 2017, en una memorable intervención en el Día Internacional del Holocausto, Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, dijo: El Holocausto fue testigo de grandes actos de heroísmo, desde personas comunes que protegían a otros hasta diplomáticos que, con grave riesgo para sí mismos, desafiaron a los nazis para permitir que miles de personas escapen de una muerte segura. Algunos de estos son bien conocidos: el sueco Raoul Wallenberg y el japonés Chiune Sugihara. Algunos lo son menos: el iraní Abdol Hossein Sardari y, me enorgullece decirlo, el cónsul de Portugal en Burdeos, Aristides de Sousa Mendes. Hoy necesitamos profundizar ese espíritu solidario. Esa es la mejor manera de honrar a las víctimas del Holocausto que nunca permitiremos sean olvidadas.

Baruj Tenembaum es presidente de la Fundación Raoul Wallenberg.