marzo 20, 2013

La Comunidad judía de Argentina celebra al Papa Francisco

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BUENOS AIRES — Clavado en un altar de la Catedral Nacional de Argentina, justo al lado de un ícono de la Virgen de Luján, hay un mural de amarillentos documentos delicadamente escritos en hebreo. Las páginas fueron rescatadas de los campos de exterminio de Auschwitz, las ruinas de la sinagoga de Berlín y los restos del centro comunitario judío de esta ciudad.

Católicos y judíos de todo el mundo han estado avanzando hacia la reconciliación desde el Concilio Vaticano II. Pero tal vez en ninguna parte son las dos religiones más unidas que en Argentina, donde muchos en la comunidad judía celebran la reciente elección de su defensor y amigo de larga data, Jorge Mario Bergoglio, como Papa Francisco.

«Este fue un gran acontecimiento para nosotros,» dijo Guillermo Borger, Presidente de la AMIA, centro comunitario judío, de donde el entonces cardenal Bergoglio era un visitante frecuente. «Conocemos muy bien a este Papa y estoy seguro que irá en busca de la verdad y la justicia en este mundo».

Primero como arzobispo de Buenos Aires y luego como cardenal, Bergoglio, 76, utilizó su oficina para construir lazos con la comunidad judía, de aproximadamente 250.000 personas, la más grande de América Latina.

En 2005, Bergoglio fue el primero de más de 80 dignatarios en firmar una petición pidiendo justicia por el atentado de 1994 a la AMIA, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos. Mientras que Irán ha sido sospechado de coordinar el ataque, el país lo niega. La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha recibido críticas por acordar recientemente asociarse con Irán para investigar el atentado.

El año pasado, en medio de la agitación en el Medio Oriente, Bergoglio había organizado servicios de oración interreligiosa que atrajo a judíos y musulmanes a la Catedral Nacional.

Bergoglio también compartió un programa de televisión por cable con el rabino argentino Abraham Skorka y escribieron un libro juntos titulado «Sobre el cielo y la tierra».

Entrevistado por la Agencia de noticias AJN en Israel, Skorka dijo que estaba deseoso de «mirar a los ojos» a su viejo amigo, quien tiene un profundo respeto por el judaísmo e Israel, dijo.

Waldo Wolff, Vicepresidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, dice que mucho del trabajo de Bergoglio es menos formal. Bergoglio tenía muchos amigos en la comunidad judía y fue un invitado frecuente a la cena entre los miembros de la Asociación, dijo.

«Casi todo el mundo tiene una foto con él», dijo Wolff. «Tener una foto con alguien que está en camino de ser el Papa no es fácil».

El martes esta nación sudamericana seguirá la asunción de Francisco, que será transmitida en vivo en una pantalla gigante erigida junto a la catedral. Entre los cientos de delegados en Roma 16 serán miembros judíos de distintas organizaciones, entre ellas el Congreso Judío Mundial y la Anti-Defamation League, dijo el Vaticano. El evento ha producido una ráfaga de actividad que comenzó el miércoles cuando el cónclave cardenal sorprendió al mundo al elegir al primer Papa latinoamericano en la historia.

El lunes, Cristina Kirchner se reunió con Francisco durante unos 20 minutos, declaró el Vaticano. Las dos figuras a menudo han chocado por políticas sociales liberales de su administración, que incluyen el matrimonio homosexual y el control de la natalidad. Pero Kirchner le dijo a The Associated Press que la reunión fue amistosa y que ella le había pedido a su antiguo Némesis su intervención a favor de Argentina en la disputa sobre las Islas Malvinas. Argentina y Gran Bretaña lucharon una guerra en 1982 sobre las islas, que se conocen como las Malvinas aquí. Mientras que Bergoglio ha apoyado los reclamos de la Argentina en el pasado, no está claro si continuará su defensa como el católico más eminente del mundo.

Uno de los primeros actos oficiales de Francisco la semana pasada fue escribir una carta al rabino de Roma Riccardo Di Segni, diciendo «Espero fuertemente poder contribuir al progreso de las relaciones que han existido entre judíos y católicos».

Aunque la documentación es escasa, se cree que la comunidad judía Argentina se remonta a por lo menos mediados de 1800. La primera boda judía tuvo lugar en 1860 y la primera sinagoga fue construida en 1897, según la ciudad de Buenos Aires. Una segunda oleada de inmigrantes judíos llegaron aquí después de la segunda guerra mundial.

En un sentido, Bergoglio ha continuado los pasos de su predecesor, el cardenal Antonio Quarracino, dijo Baruj Tenembaum, fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg. Quarracino viajó a Israel y estaba comprometido con la causa judía, declaró Tenembaum. Fue Quarracino quien inauguró el mural del Holocausto en la Catedral Nacional. Tenembaum dijo que es el único de su tipo instalado en una iglesia católica.

Poco antes de morir en 1998, Quarracino escribió una carta diciendo que quería ser enterrado al pie del mural, para poder continuar «luchando por la fraternidad [entre judíos y católicos] como lo he estado haciendo toda mi vida.»

Pero Bergoglio no se centró exclusivamente en la comunidad judía, dijo Sumer Noufouri, el Secretario general del centro islámico de Argentina. Noufouri dijo Bergoglio era un visitante frecuente allí también y que, en 2009, ayudó a iniciar el diálogo islámico-cristiano, que buscaba unir a los dos grupos.

«Cuando le dijo a sus colegas en Roma que [la comunidad islámica aquí] lo visitaría en la diócesis, dijo que se sorprendieron; que ellos no podían creerlo,»dijo Noufouri. «Creo que va a ser bueno para toda la humanidad, sin excepción».

Traducción: FIRW