El próximo domingo 27 de abril el papa Francisco presidirá la ceremonia de canonización del papa Juan XXIII.
Juan XXIII, nacido Angelo Giuseppe Roncalli, pasó a la historia como una figura cardinal en la historia de la Iglesia católica, pero también por acciones menos difundidas como el salvataje de miles de judíos e integrantes de otras minorías condenados a muerte por el nazismo.
El 27 de mayo de 2001, el diario Clarín publicó la nota «Cuando Juan XXIII bautizó judíos», firmada por el periodista Sergio Rubín. Allí se informa acerca de un plan concebido por Roncalli para bautizar a los judíos húngaros amenazados por el nazismo, y por Adolf Eichmann en particular.
Gracias a los documentos que certificaban que el poseedor había recibido el sacramento, muchas personas eludieron una muerte segura en los campos de exterminio. «Según testimonios dados ante los tribunales de Nuremberg, esto permitió salvar a 24.000 judíos, aunque fuentes católicas afirman que se dispensaron unos 80.000 certificados», escribió Rubín.
En 2013, al recibir una distinción de la fundación Raoul Wallenberg por su contribución a promover la obra de Roncalli, quien fuera secretario privado del «Papa bueno», monseñor Loris Capovilla, dijo: «Las similitudes entre el papa Francisco y su predecesor, Juan XXIII, son lo suficientemente numerosas como para llevarme a decir en varias ocasiones: el papa Juan ha regresado».
La decisión del papa Francisco pone en primer plano y mantiene vivo el recuerdo de un pontífice que dio el ejemplo con la palabra, y también con sus acciones.
Eduardo Eurnekian
Baruj Tenembaum
Fundación Raoul Wallenberg
abril 25, 2014