José Ignacio García Hamilton era un hombre de letras, de leyes, un apasionado investigador de los avatares de la historia y un verdadero demócrata. Su muerte priva al país de un legislador ejemplar, de un político honesto y de un intelectual de palabra. José era un entusiasta impulsor del diálogo interconfesional e intercultural. Su trayectoria de más de 15 años como miembro de la Casa Argentina en Israel Tierra Santa y de la Fundación Raoul Wallenberg fueron una verdadera celebración cotidiana de la inteligencia. Quedan sus enseñanzas, su espíritu vibrante, su optimismo invencible. Siempre lo recordaremos.
Oscar Vicente
Natalio Wengrower
Fundación Raoul Wallenberg
junio 25, 2009