Feodor Mikhailichenko nació en Rostov en 1927. En 1942, con solo 15 años, fue tomado prisionero y enviado a un campo de trabajos forzados en Alemania. Allí comenzó a difundir propaganda antinazi, por lo que fue trasladado al notorio campo de concentración de Buchenwald.
El 1944, apareció en Buchenwald un niño judío polaco de 7 años de edad. Su apodo era Lolek. Junto con su hermano mayor, Naftaly, habían perdido a sus padres. Su madre fue seleccionada y asesinada en Ravenrsbrueck.
En Buchenwald, Naftaly y Lolek fueron separados y Lolek fue a parar al Bloque 8, junto a otros niños.
Absolutamente indefenso, el infante enfrentaba una muerte segura, de no ser por la iniciativa de Feodor de tomarlo bajo su tutela.
Feodor lo protegió del frío aterrador, proporcionándole ropa sacada a los muertos y alimentándolo con papas robadas que él mismo le cocinaba.
El 11 de abril de 1945, Buchenwald fue liberada por el ejército norteamericano y los senderos de Feodor y Lolek se bifurcaron para siempre.
Naftaly y Lolek emigraron a Palestina y, muchos años después, este último, IsraelMeir Lau se convirtió en uno de los más reconocidos líderes religiosos del Estado de Israel. Entre los años 1999-2003, Lau se desempeñó como el Gran Rabino Ashkenazi de esa nación.
El rabino Lau busco a su salvador durante décadas, incluso con la ayuda del liderazgo comunista soviético, sin éxito, hasta que en el año 1998, un académico estadounidense, Kenneth Waltzer, que estaba realizando una investigación en Buchenwald, logró identificar a su benefactor.
Lamentablemente, Feodor había muerto cinco años antes, en 1993, víctima de un cáncer.
En 2008, el rabino Lau fue designado Presidente del Consejo de Yad Vashem y al año siguiente, Feodor fue reconocido en forma póstuma como Justo entre las Naciones.
La emotiva ceremonia tuvo lugar en Jerusalén, con la presencia de las hijas de Feodor, Yulia Selutina y Yelena Belayaeva.
En una sesión especial del Board de la Fundación Wallenberg, llevado a cabo el 18 de febrero de 2019, se resolvió crear la Medalla Feodor Mikhailichenko, que será entregado como reconocimiento a futuros galardonados que se destaquen en la lucha contra el racismo y la discriminación.
El presidente de la Fundación Wallenberg, Eduardo Eurnekian, y su fundador, Baruj Tenembaum, emitieron una declaración conjunta en la que resaltan «el espíritu solidario de Feodor Mikhailichenko, quien arriesgó su vida para salvar la de un niño indefenso con quien no tenía ningún lazo familiar. El destino quiso que ese niño se convirtiera en el Gran Rabino de Israel y una de las figuras más veneradas en el mundo judío«.