El 28 de febrero de 2014 la Fundación Raoul Wallenberg y el Arzobispado de Buenos Aires organizaron una ceremonia interreligiosa en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires para recordar al Cardenal Antonio Quarracino (1923-1998) en un nuevo aniversario de su fallecimiento.
La ceremonia se llevó a cabo junto al Mural Conmemorativo de las Víctimas del Holocausto, emplazado por Quarracino en 1997, siguiendo una idea aportada por Baruj Tenembaum, creador de la Fundación Wallenberg. El Mural está situado en la Capilla de la Virgen de Luján del principal templo católico del país. Quarracino fue recordado por su trabajo a favor del diálogo interreligioso.
En un ambiente de profunda reflexión y recogimiento más de un centenar de personas se reunieron en la capilla donde los restos del Cardenal Quarracino están sepultados. La fecha elegida no solo coincidió con el día del deceso del ex primado, sino que fue la sugerida por el Papa Francisco a Tenembaum y Eduardo Eurnekian, presidente de la Fundación Wallenberg, durante una conversación que ambos mantuvieran en septiembre de 2013 en Ciudad del Vaticano con Jorge Bergoglio, uno de los primeros miembros de la ONG.
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En el acto hablaron el Cardenal Primado de la Argentina, Mario Poli; Sergio Bergman, rabino de la Congregación Israelita de la República Argentina; el padre Fernando Giannetti, responsable de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Arquidiócesis de Buenos Aires y el escritor argentino Marcos Aguinis.
En lo que se constituyó como un hecho sin antecedentes en la historia de las relaciones judeo-católicas el rabino Sergio Bergman rezó, en hebreo y en español, un kadish por el Cardenal Quarracino. El kadish es una plegaria que se recita por los muertos y que en esta ocasión, de modo excepcional, fue dicha por la memoria un católico. Es la primera vez que un Kadish se recita en hebreo dentro de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
Tanto el Cardenal Poli, el padre Giannetti, el rabino Bergman y Aguinis recordaron con sentidas palabras la vida y la obra del Cardenal Quarracino, en particular su dedicación a promover desde la década del ’60 el diálogo interreligioso.
El padre Giannetti leyó un pasaje de una de las últimas cartas escritas por Quarracino, enviada a Baruj Tenembaum, en diciembre de 1997: «No dudo que mi actual arzobispo coadjutor Monseñor Jorge Bergoglio, llegado el momento de sucederme, recorrerá el mismo camino de reconciliación y fraternidad con nuestros hermanos mayores.»
Participaron de la ceremonia, entre otros, el histórico dirigente comunitario y cofundador de la Fundación Raoul Wallenberg, doctor Natalio Wengrower; el ingeniero Oscar Vicente, presidente de la Casa Argentina en Israel Tierra Santa; la embajadora de Grecia, Eleni Leivaditou y su esposo, Alexis Bulgari; el consejero de la embajada de Israel, Ofer Moreno; los sobrevivientes del Holocausto David Galante, Tomás Kertesz, Laszlo Ladanyi y Myriam Kesler; Nina Olsen, asesora política y cultural de la embajada de Dinamarca y Claudio Avruj, Presidente de la Fundación Memoria del Holocausto.
La ceremonia se condujo en el mismo lugar en el cual, en abril de 1998, el Cardenal Bergoglio celebró el primer aniversario del emplazamiento del Mural.
En el curso del acto se anunció que en el mes de julio de 2014 la Fundación Wallenberg plantará en los jardines del Vaticano un árbol dedicado al Cardenal Quarracino. La especie elegida es un sauce jujeño donado por la directora del jardín botánico de la ciudad de Buenos Aires, licenciada Graciela Barreiro, quien participó de la ceremonia.
El Mural Conmemorativo de las Víctimas del Holocausto, y de los asesinados en los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA, constituye un ejemplo de convivencia en un mundo necesitado de gestos concretos de entendimiento y respeto por las diferencias.
El Mural, monumento artístico sin precedentes en la historia de las relaciones judeo-cristianas, fue inaugurado por el Cardenal Antonio Quarracino el 14 de abril de 1997 y se preservó gracias a la determinación del Cardenal Jorge Bergoglio. Su autor es el maestro orfebre Carlos Pallarols.
Sus dimensiones son de 1,80 de largo por 1,20 mts. de ancho. Está compuesto por dos paneles de vidrio entre los cuales se sitúan hojas de libros de rezo rescatadas de las ruinas de los campos de concentración de Treblinka y Auschwitz, así como del Gueto de Varsovia.
Emplazado primeramente en la capilla de Santa Teresa de Jesús fue trasladado a la capilla de la Virgen de Luján por expreso pedido póstumo de Quarracino en la carta arriba mencionada: “Pronto se cumplirá el primer aniversario desde el descubrimiento de este digno Monumento ante el que he pedido se invite a los judíos que así lo deseen a cubrirse la cabeza.”… “El lugar definitivo del Mural estará ligado al descanso que aguardo dentro de la Catedral para continuar pregonando la fraternidad como lo he hecho toda la vida.”
Una réplica del Mural fue instalada en 2004 en la iglesia Vaterunser de Berlín por la pastora Annemarie Werner.
El Kadish dentro de una iglesia. Caso extraordinario
Durante la ceremonia en recuerdo del Cardenal Quarracino el rabino Sergio Bergman recitó el Kadish, algo extraordinario, no solo porque fue dicho por la memoria de un católico, sino por el ámbito en donde la plegaria fue pronunciada.
El Kadish es una de las plegarias más famosas. Es un rezo que se recita por los muertos. El texto es en arameo, el idioma del pueblo judío en la época talmúdica en la que fue compuesto.
Se trata de una plegaria para por todos aquellos fallecidos que no hace mención de la muerte, pérdida o duelo, ni de la persona que murió. El Kadish habla de la grandeza de dios, pero no lo menciona. Es una declaración de profunda emoción y sentido para quien sufre la pérdida de un ser querido pues obra a modo de puente entre aquellos que quedaron y los que han muerto. Para la tradición recitar el Kadish es una acción simbólica de amor y respeto que los vivos pueden ofrendar a quienes han partido.
En 2009, en una iniciativa sin precedentes, la Fundación Raoul Wallenberg organizó la recitación de un Kadish junto al Muro de los Lamentos, en Jerusalén, por el alma del hermano de Raoul Wallenberg, Guy von Dardel.
Rezar el Kadish por una persona no judía es una práctica poco común pero justificada y cuenta con el apoyo de la Halaja judía. El Rabino Oshry, de la Yeshiva Or Sameaj, dijo al respecto:
«…..está claramente permitido decir Kadish en memoria de una persona gentil que salvó vidas judías … Quiera el Todopoderoso, quien otorga riqueza al pueblo judío, que otorgue riqueza a todos aquellos no-judíos generosos que se arriesgan para salvar judíos».
El texto del Kadish en español es el siguiente:
Exaltado y santificado sea su gran nombre, amén. En este mundo de Su creación que creó conforme a Su voluntad; llegue su reino pronto, germine la salvación y se aproxime la llegada del Mesías, amén. En vuestra vida, y en vuestros días y en vida de toda la casa de Israel, pronto y en tiempo cercano y decid Amén. Bendito sea Su gran Nombre para siempre, por toda la eternidad; sea bendito, elogiado, glorificado, exaltado, ensalzado, magnificado, enaltecido v alabado Su santísimo Nombre (Amén), por encima de todas las bendiciones, de los cánticos, de las alabanzas y consuelos que pueden expresarse en al mundo, y decid: Amén. Por Israel, y por nuestros maestros y sus alumnos, y por todos los alumnos de los alumnos, que se ocupan de la sagrada Torá, tanto en esta tierra como en cada nación y nación. Recibamos nosotros y todos ellos gracia, bondad y misericordia del Amo del cielo y de la tierra, y decid: Amén (Amén) Descienda del Cielo una paz grande, vida, abundancia, salvación, consuelo, liberación, salud, redención, perdón, expiación, amplitud y libertad, para nosotros y para todo Su pueblo Irael, y decid: Amén. (Amén) El que establece la armonía en Sus alturas, nos dé con sus piedades paz a nosotros y a todo el pueblo de Israel, y decid: Amén. (Amén)