Por Eduardo Eurnekian y Baruch Tenembaum
En 2014, la Fundación Raoul Wallenberg presentó el programa educativo Casas de Vida. Desde entonces, se identificaron cientos de sitios que dieron refugio a víctimas del plan de exterminio nazi. El objetivo de este ambicioso esfuerzo es colocar una placa conmemorativa en la fachada de cada institución u hogar privado que extendió una mano solidaria a los perseguidos durante el Holocausto. Al hacerlo, la Fundación Raoul Wallenberg busca crear conciencia mundial sobre estas hazañas.
La Fundación Raoul Wallenberg junto a instituciones que han sido proclamadas Casas de Vida, pronto anunciará oficialmente un reconocimiento de la vida y la figura del Papa San Juan XXIII. Nacido Angelo Giuseppe Roncalli (1881-1963), fue conocido popularmente como «El Papa Bueno», ya que fue una fuente de inspiración para los salvadores del Holocausto.
La Fundación Raoul Wallenberg reconoce que la inspiración del programa Casas de Vida fue en gran medida alentada por este hombre de estatura moral única que dedicó toda su vida a fortalecer los lazos fraternos entre católicos y judíos. Desde 1940-1944, durante los días oscuros del Holocausto, cuando se desempeñó como delegado apostólico del Vaticano en Estambul, ayudó a miles de refugiados judíos que estaban en tránsito en Turquía, facilitando una ruta de escape a Palestina.
Su puerta siempre estaba abierta y su corazón receptivo a los representantes de Palestina judía que pidieron su intervención. También intercedió con el gobierno eslovaco para permitir el éxodo de niños, y apeló al rey Boris II de Bulgaria para que no permitiera que los judíos de su país fueran deportados a Alemania. Además, colaboró con el Nuncio Angelo Rotta al dar su consentimiento para transportar por correo diplomático documentos vitales necesarios en la búsqueda para salvar familias. Por último, pero no menos importante, continuamente instó a sus superiores en el Vaticano a ayudar a los judíos.
Más tarde, como Papa Juan XXIII, decidió una revisión importante de la actitud de la Iglesia tradicional al negar la legitimidad del judaísmo. En consecuencia, eliminó un segmento condenatorio del servicio de Pascua que oraba por eliminar la «ceguera» y la «terquedad» que afectaban a los judíos que no reconocían a Jesús como el Mesías. En resumen, el Papa Juan XXIII fue un valiente salvador durante el Holocausto, y todas sus acciones y políticas fueron diseñadas para acercar a las dos comunidades fraternas, en un clima de respeto mutuo.
La Fundación Raoul Wallenberg ha resuelto erigir un monumento que rendirá homenaje a la vida y las hazañas humanitarias de Angelo Roncalli. Los detalles serán revelados oficialmente pronto.
Al mismo tiempo, la Fundación Raoul Wallenberg ha decidido en un futuro próximo encargar a un artista de renombre internacional la creación de un monumento a las Casas de Vida. Sobre el mismo, se consultará al Papa Francisco, uno de los miembros fundadores de la fundación, sobre la posibilidad de que el monumento se instale en el Vaticano.
El espíritu de solidaridad mostrado por el Papa San Juan XXIII y el programa Casas de Vida están íntimamente conectados. Ambos aspiran a ser modelos para las nuevas generaciones.
Eduardo Eurnekian es el presidente y Baruch Tenembaum el fundador de la Fundación Raoul Wallenberg.