Ante la masacre de Noruega recibimos un escrito que lleva la firma de Baruj Tenembaum y Nicholas Tozer, de la Fundación Raoul Wallenberg de Nueva York, el que a continuación reproducimos.
Mientras el mundo mira horrorizado los recientes acontecimientos en Noruega y, una vez más, condena toda forma de violencia política, es trágico tener que recordar que, menos de dos años atrás, fue el actual gobierno de Noruega quien hizo caso omiso a todas las advertencias internacionales sobre las celebraciones organizadas para rendir tributo a la vida y obra del escritor y prominente nazi Knut Hamsun (1859-1952), con motivo del 150º aniversario de su nacimiento.
En 2009, a pesar de las numerosas peticiones, incluyendo cartas a la familia real, las celebraciones se llevaron a cabo con anuncios de construcción de un museo, puesta en escena de un musical y emisión de una estampilla conmemorativa del escritor que dedicó un elogioso obituario a la memoria de Adolf Hitler.
En aquel entonces la Fundación Wallenberg había señalado que “Depende ahora del gobierno noruego poner fin a esta ofensiva reivindicación del nazismo y ajustarse a las normas que el mundo espera que Noruega cumpla o asumir las consecuencias de un comportamiento absolutamente inaceptable”.
Dos años más tarde estas palabras resultaron ser trágicamente proféticas.