ESTOCOLMO – Un documento sueco recién encontrado muestra cómo la KGB intervino en la década de 1990 para detener una investigación sobre el destino de Raoul Wallenberg, dijeron el lunes dos investigadores en Estados Unidos.
Al diplomático sueco, quien habría cumplido 100 este año, se le atribuye el rescate de decenas de miles de judíos en la Hungría ocupada por los nazis. Desapareció tras ser detenido por el Ejército Rojo , en 1945.
Los rusos dicen que fue ejecutado el 17 de julio de 1947, pero testimonios no verificados de testigos y evidencia recién descubierta sugieren que podría haber vivido más allá de esa fecha.
Investigadores especializados en el tema Wallenberg tenían la esperanza de que las piezas clave del rompecabezas surgieran cuando a una comisión internacional se le concedió acceso a los registros de prisioneros soviéticos en momentos en que el régimen comunista tocaba a su fin.
Pero un documento del Ministerio de Relaciones Exteriores sueco apoya las afirmaciones que sostienen que la KGB -la antigua policía secreta y agencia de inteligenciasoviética – obstruyó ese esfuerzo, dijo la investigadora alemana Susanne Berger, quien asesoró a un grupo de trabajo sueco-ruso que llevó a cabo una investigación de 10 años, hasta el 2001.
Un memorándum del 16 de septiembre 1991 de la embajada sueca en Moscú, señala que el ex jefe del «Archivo Especial» soviético, Anatoly Prokopenko, comunicó a diplomáticos suecos que la KGB le había dado instrucciones para detener la búsqueda de documentos a cargo de los investigadores que trabajaban para la primera Comisión Internacional Wallenberg.
Prokopenko también dijo que la KGB quería copias de todos los documentos que los investigadores habían consultado, según el memo que fue puesto a disposición de TheAssociatedPress por Berger. Su autenticidad fue confirmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Berger dijo que el documento es significativo porque muestra cómo desde el final de la Guerra Fría, los investigadores han tenido dificultades para obtener acceso a documentos cruciales de los archivos soviéticos.
«La acción de 1991, desafortunadamente, ha sido sintomática, en lugar de ser una excepción a la regla», dijo Berger a la AP. «Veinte años después, todavía nos enfrentamos a este problema fundamental.»
En una entrevista con AP el lunes, Prokopenko dijo que los investigadores se habían puesto eufóricos cuando encontraron un documento de archivo acerca de la transferencia de Wallenberg de una prisión soviética a otra, y que compartieron su descubrimiento con los demás miembros de la comisión que investigaba el destino de Wallenberg.
Eso fue un error, el archivista sugirió, ya que los oficiales de la KGB participantes del panel reaccionaron con rapidez alertando a las autoridades quienes ordenaron a Prokopenko que impidiese el acceso a los archivos.
Prokopenko dijo que cumplió porque estaba trabajando para abrir los archivos al público, aprovechando las reformas liberales del líder soviético Mijail Gorbachov, y se dio cuenta de que la desobediencia abierta llevaría a su destitución inmediata. «Tuve que hacer un sacrificio para tener la posibilidad de descubrir otros numerosos secretos de los archivos», dijo Prokopenko.
Agregó que tras un breve periodo de apertura, antes y después del colapso de la Unión Soviética en 1991, las autoridades se han vuelto cada vez más reacias a permitir el acceso del público a los archivos.
«La situación ha empeorado, e incluso los archivos que se abrieron al público en el período 1991- 1992 se clasificaron de nuevo más tarde», dijo.
El gobierno sueco desclasificó partes del memo luego de que Prokopenko mencionara la interferencia de la KGB en un artículo publicado en un periódico ruso en 1997, pero no llegó a ser de conocimiento público hasta que Berger lo obtuvo este mes.
Wallenberg fue arrestado el día después de que el Ejército Rojo tomó Budapest, junto con su chofer, Vilmos Langfelder. Los rusos nunca explicaron por qué lo detuvieron.
El académico ruso Vadim Birstein, uno de los investigadores que trabajaron en la primera comisión Wallenberg, dijo a la AP que acababa de encontrar algunos documentos previamente desconocidos cuando el archivo se cerró para ellos en la primavera de 1991.
«Nos detuvieron exactamente después de que encontrara tres documentos: dos con el nombre de Wallenberg y uno con el nombre de Langfelder – y (las autoridades) dijeron que no estaban escondiendo nada!»
Birstein y Berger, que viven en Estados Unidos, dijeron que a pesar de que ellos y otros investigadores han tenido acceso a algunos archivos sobre Wallenberg desde aquel entonces, documentos importantes aún no ha sido puesto a disposición.
«En los momentos claves, las puertas han permanecido cerradas», dijo Berger, y señaló que incluso la primera pieza de material que fue entregada por los rusos en 1991, y que estaba destinada a demostrar una actitud de apertura, resultó finalmente censurada.
Se trataba de material de interrogación que sugeriría que Wallenberg fue interrogado seis días después de su supuesta muerte.
Rusia nunca ha sido capaz de mostrar un certificado de defunción o de entregar los restos de Wallenberg, circunstancias que han llevado a los investigadores a tratar de sacarles más información a las autoridades rusas.
Como enviado de Suecia en Budapest a partir de julio de 1944, Wallenberg salvó a 20.000 judíos dándoles documentos suecos de viajes o ubicándolos en casas de seguridad, al tiempo que disuadió a las autoridades alemanas para que no masacraran a los 70.000 habitantes del gueto de la ciudad.
Este año Suecia celebra el 100° aniversario de su nacimiento con una serie de eventos, incluyendo una exposición itinerante, seminarios, conferencias, conciertos y un sello postal conmemorativo.
Traducción: FIRW