La Fundación Internacional Raoul Wallenberg premió al arzobispo Corrado Lorefice como «salvador» de los valores religiosos y culturales
PALERMO – «Este es el primer paso en un largo camino», dijo el Arzobispo de Palermo, Corrado Lorefice, al recibir la Medalla Raoul Wallenberg por haber trasferido a la comunidad judía una instalación de culto construida sobre las ruinas de la Gran Sinagoga de Palermo.
Dirigiéndose a la audiencia, en la ocasión celebrada en su residencia, Lorefice se conmovió hasta las lágrimas cuando pronunció un discurso conmovedor.
«Este es el primer paso en el largo camino que estamos llamados a estar juntos, para llegar a Dios el día en que todas las personas estarán juntas en el paraíso», dijo.
Describió la medalla como «un signo de amistad que entibia mi corazón, el corazón de todos los cristianos de Palermo, y particularmente de ésta arquidiócesis».
En la reunión estuvieron representantes de las religiones cristiana, judía y musulmana, subrayando así un énfasis puesto sobre la importancia de las relaciones interreligiosas entre todas las comunidades.
«Esta es una oportunidad para fortalecer la relación entre las comunidades cristiana y judía», dijo Lorefice al Jerusalem Post, saludando el momento como «los frutos de una larga amistad». Agregó que no sólo enriquecería a ambas comunidades sino que también serviría como un ejemplo para la sociedad en general.
Lorefice señaló que era importante «redescubrir la belleza de las raíces de nuestra identidad» porque las personas deben recordar de dónde vienen para entender quiénes son.
«Si el cristianismo no recuerda que nació de la fe judía, entonces no entiende quién es», dijo, y agregó que el reconocimiento de la comunidad cristiana por parte de los judíos era igualmente importante.
«Palermo es un lugar que da la bienvenida a todo el mundo», dijo, reiterando otro mensaje que fue expresado durante todo el evento.
La transferencia del edificio fue solicitada por el Instituto Siciliano de Estudios Judíos en conjunto con Shavei Israel, una organización sin fines de lucro con sede en Jerusalén, que actúa en todo el mundo en comunidades de bnei anusim, descendientes de judíos convertidos por la fuerza al cristianismo hace siglos.
El rabino Pinhas Punturello, titular de Shavei Israel en Sicilia, sirve como líder espiritual de la pequeña comunidad judía de la isla y será el principal dirigente de la sinagoga. Él fue muy activo en ayudar a revivir la alguna vez próspera comunidad.
Durante varios años, miembros de la comunidad judía discutieron con el alcalde la idea de revivir la vieja sinagoga, pero la cuestión no parecía estar progresando. El año pasado, la presidente del Instituto Siciliano de Estudios Judíos, Evelyn Aouate, y otros miembros del instituto, se acercaron a Lorefice.
Veinte días después, el arzobispo llamó a Aouate con una respuesta positiva.
Hablando en nombre de la Unión de Comunidades Judías Italianas, su vicepresidente, Giulio DiSegni, expresó la «profunda gratitud de la organización a aquellos que abrieron una nueva perspectiva para la vida judía en Sicilia», mencionando específicamente a Lorefice y la arquidiócesis.
«Mirando atrás al pasado, sabemos que Sicilia tiene una historia judía extremadamente importante», dijo.
«Después de saquear Jerusalén, los romanos deportaron a más de 30.000 judíos a la isla. Durante la Edad Media, unos 50 pueblos y ciudades de Sicilia tenían su barrio judío, o giudecca.»
«Bajo el reinado de los normandos, las comunidades judías florecieron en toda la isla, contribuyendo en gran medida al desarrollo cultural y económico de Sicilia, [probablemente] constituyendo una décima parte de la población de la isla «, dijo.
Continuó hablando de cómo esta parte de la historia de la isla fue abruptamente «cortada», con las expulsiones y conversiones forzadas de judíos durante la Inquisición española.
La fecha elegida para la entrega oficial de la instalación este año fue el 12 de enero, la misma fecha que el día límite de 1493 para la expulsión de judíos de la isla por orden de la reina Isabel I de Castilla y el rey Fernando de Aragón.
«Después de cuatro siglos de remoción forzada, olvido, silencio y temor», continuó DiSegni, «un representante de la Iglesia está haciendo una acción ejemplar, un movimiento concreto y sincero para sanar esta herida de siglos. Éste es exactamente el tipo de acción que constituye un sincero y puro paso de reconciliación entre el judaísmo y el cristianismo. Los judíos sicilianos tendrán su lugar una vez más. Puede sonar simple, incluso obvio, pero es realmente extremadamente importante, incluso revolucionario. «
«Nuestra esperanza es que este gesto generoso y fraterno sea un nuevo comienzo, que la futura sinagoga de Palermo pueda convertirse en un centro de la vida judía».
La sinagoga se encuentra en proceso de renovación y se espera que esté activa el próximo año.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg es considerada generalmente con la misión de destacar los esfuerzos de aquellos que salvaron a personas inocentes. Pero Guillermo Bruschtein, vicepresidente de la Fundación, señaló que esta misión también incluye a aquellos que rescatan símbolos culturales, étnicos y religiosos.
Aouate señaló: «Creo que este es un caso único en el mundo.» Agregó que sehacía «justicia – como con Wallenberg», refiriéndose al diplomático sueco que salvó a decenas de miles de judíos en la Hungría ocupada por los nazis con pasaportes especiales, antes de desaparecer en el cautiverio soviético.
Al tiempo que expresó la esperanza de que la comunidad, que actualmente sólo cuenta con varias docenas de personas, crezca, dijo que la sinagoga sería «un punto de referencia» para todos los judíos que pasan por allí.
«Espero que siempre haya minyan», agregó Aouate, quien actualmente brinda servicios de oración en su casa.
La escritora fue invitada por la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.
Traducción: FIRW