Los diarios de la semana pasada informaron sobre la aparición de pintadas antisemitas en la provincia de Santa Fe.
Esta afrenta a la convivencia se produce, paradójicamente, en la ciudad en la que transcurrió la vida y la obra de un verdadero prócer del diálogo interconfesional: el Padre Alfonso Durán, sacerdote católico.
El 3 de octubre de 1947 el Padre Durán publicaba en el diario ”El Litoral” la siguiente reflexión:
Hay que matar judíos… Así dicen unas leyendas que aparecen abundantemente escritas en los muros de las casas de nuestra ciudad.
Hay que matar judíos… ¡Qué tristes palabras! […]
A los católicos, nos enseña nuestra religión que debemos amarnos los hombres recíprocamente; ”amaos los unos a los otros” […]
Nos enseña también que Jesús fue judío, lo mismo que María Santísima […]
Tú que escribes eso, seguramente no lo haces por maldad; sino por equivocación, por erróneos prejuicios […]
No, hermano; no mates a nadie…Ama a todos…
Todos somos hermanos…Algunas personas promueven el enfrentamiento entre hermanos al tiempo que propician el odio y la ignorancia. El ejemplo de vida del Padre Durán educa en un sentido diametralmente opuesto.
Jorge Lannot
Fundación Raoul Wallenberg
www.raoulwallenberg.net
febrero 10, 2008