“Estoy conmovido”. Quien así responde es Baruj Tenembaum, fundador de la Fundación Raoul Wallenberg , argentino judío y amigo personal desde hace muchos años de Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco I.
Tenembaum, pionero desde los años sesenta del diálogo interreligioso entre cristianos, musulmanes y judíos, confiesa a Aleteia: “Estoy muy satisfecho, porque considero que en lo espiritual se va a repetir algo parecido a lo que hizo Juan XXIII al servicio de la Iglesia y del mundo”.
“Es un motivo de esperanza. Estoy seguro de que va a encontrar el camino para dialogar con los fieles islámicos”, subraya.
“Le conozco muy bien desde que era obispo auxiliar de Buenos Aires. Se preocupó por cuidar el mural que se erigió por primera vez en una catedral dedicada a las víctimas de la Shoá, y de Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)”.
“Bergoglio se destacó por su acercamiento por las minorías –añade Tenembaum–. Conservo un recuerdo muy especial. Iba personalmente al mercado a comprar las flores para ponerlas en la tumba de su predecesor, el cardenal Antonio Quarracino, frente al mural de las víctimas”.
“Es un hombre muy sencillo, muy humilde y espiritual. Participó como nadie en todos los encuentros interreligiosos. Tiene muchos amigos rabinos, y ha publicado libros junto con rabinos. Fue a muchas sinagogas. Lo digo no porque yo sea judío, sino porque es un hombre con un profundo respeto por todas las personas que tienen derecho a ser distintas, siempre y cuando sean íntegros”.
Cuando llegó a Buenos Aires para ser obispo auxiliar, en 1992, le dije “Mira, Jorge, nosotros, respetamos a toda persona que respeta a toda persona. Y él no sólo asintió, sino que lo ha demostrado con su vida”.
“Realmente es emocionante el que los cardenales hayan escogido como Papa a un auténtico hombre del pueblo. Vestía con saco normal, viajaba en transporte público. Al mismo tiempo es un hombre de gran cultura”, concluye Tenembaum.