Sus posturas ecuménicas
Posición contraria al antisemitismo
”Así dicen unas leyendas que aparecen abundantemente escritas en los muros de las casas de nuestra ciudad // Hay que matar judíos… ¡Qué tristes palabras! … El quinto precepto del decálogo ordena: no matarás / La razón natural dice que no se debe matar sino en legítima defensa / A los católicos, nos enseña nuestra religión que debemos amarnos los hombres recíprocamente; ‘amaos los unos a los otros’; nos enseña también que Jesús fue judío, lo mismo que María Santísima y los primeros apóstoles / El Pontífice romano durante la ocupación de Roma por los alemanes auxilió a los judíos dándoles albergue en el Vaticano, y a no pocos dioles puestos rentados para que se ganaran el sustento / Y no obstante en nuestra ciudad y en nuestra patria, cuya mayoría de habitantes es católica, se escribe por las paredes que hay que matar judíos // Creemos que es una enorme equivocación; no debemos matar judíos, como en Palestina; cuando ellos la gobiernen, tampoco deberán matar católicos, ni a los de otra raza o religión // Yo quisiera que se me trajera un argumento convincente que demuestre que hay que matar judíos / ¿Cuál puede ser? … No lo sé / Habrá judíos malos como los hay buenos / Las cárceles están llenas de gentes que no son judías / Y el gobierno argentino ha puesto el fajín de generala del ejército, a aquella sublime judía, madre de Jesús, ante la cual se postraron Belgrano, San Martín, y otros de nuestros héroes // Ya sé que esta frase les sonará mal a los antisemitas; la sublime judía por María Santísima, el divino judío por Jesús; pero no obstante, ello es la verdad; eran judíos, queramos o no queramos, nos guste o no nos guste // ¡Cuántas vidas de judíos salvó el Papa en la guerra! ‘Hay que matar judíos’ … Tú que escribes eso, seguramente no lo haces por maldad; sino por equivocación, por erróneos prejuicios / Reflexiona y verás cómo no depende de ti el nacer judío o no judío; tú no pudiste elegir antes de nacer, de qué madre ibas a nacer; y si te hubiera tocado nacer judío, yo también te defendería al decir que no debían matarte por haber nacido judío / No creo que sostengas que hay que matar judíos por cuestión de religión, pues Hitler no tenía ninguna religión y era el que más judíos ha matado / Es un equivocado patriotismo, acaso, el que te obliga a sostener tan absurdo principio // No, hermano; no mates a nadie / Ama a todos / Sé como el sol, que alumbra por encima de todas las fronteras, y de todas las razas, y de todos los climas / Sé como el sol, que cuando sube más alto, es para poder descender mejor a los abismos / No odies; sé grande; aseméjate a Dios / No mates judíos / No mates a nadie // Ama, ama, y siempre ama / Es la única manera como nosotros pobres criaturas humanas podemos casi deificarnos / Todos somos hermanos / Padre nuestro le decimos a Dios”.
Alfonso Durán, El Litoral, Santa Fe, (3 de Octubre de 1947) ”Hay que matar judíos”.
Ha triunfado Israel
¡¡¡Ha triunfado Israel!!! y desde un confín al otro del Planeta vibra una voz de júbilo que emerge de todos los corazones que aman la justicia, la libertad y que comprenden la voz de Dios.
Se lee en el Génesis que Dios dijo a Abraham ”Serás padre de un gran pueblo”, divina promesa que Dios ratificó muchas veces al dichoso patriarca.
Después de un largo viaje buscando el país, Iehobat le prometiera, ya en la tierra de Canan se detuvo nuestro patriarca y Dios nuevamente le hablo y le dijo ”este país te lo doy a ti y a tu posteridad”. Esta es la narración bíblica. Gloria a Dios y a su pueblo, la palabra del cielo se ha cumplido, ese país ha vuelto a su legítimo dueño, al pueblo judío, a la posteridad de Abraham…
Toda la sangre de Israel que inicuamente han derramado los tiranos, no ha podido ahogar al pueblo de Dios. Han quedado sumergidos en su propia iniquidad, en su infamia e ignominia los que no comprendieron la promesa divina ”Este país lo daré a ti y a tu posteridad” ¡Oh pueblo de Israel! Eres grande, fuerte y luminoso y has triunfado, tu libro, la Biblia, nuestro libro, también de los cristianos, es la voz de Iehobat hablando con majestad inigualada sobre el Sinai y en labios del divino Jesús, en afluencia de la más sublime dulzura de los siglos todos. Eres el único pueblo del mundo que ha recibido directamente de Dios su territorio y vuelto a Palestina a quien Dios le diera para siempre. Agítense jubilosas todas las banderas libres del mundo.
Se han cumplido las promesas del Salmo 88 ”Yo cuidare por todos los siglos de tu descendencia”.
Texto existente en el Museo de la Diáspora en Tel Aviv.