Tras su actividad con Macri en Casa Rosada, el presidente norteamericano se dirigió al templo metropolitano, donde estuvo unos 20 minutos. Lo recibió el arzobispo Mario Poli.
«Bienvenido a la Catedral del papa Francisco». Con esta frase, el rector de la Catedral Metropolitana, Alejandro Russo, recibió al presidente estadounidense, Barack Obama, quien en su visita al templo rindió homenaje a las víctimas del atentado de la AMIA y visitó el mausoleo donde reposan los restos del general José de San Martín.
Tras trasladarse en su limousine blindada desde la Casa Rosada luego de mantener la primera actividad oficial junto al presidente Mauricio Macri, el mandatario norteamericano llegó a la Catedral cerca de las 14 y la recorrió durante unos 20 minutos, en compañía de sus funcionarios y del arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, además de la canciller Susana Malcorra.
Vestido completamente de rojo, propio su investidura, el mismo Poli rezó dos oraciones, una por la paz y otra por San Martín. En la primera, recordó «el Bicentenario de la Independencia Nacional» y pidió por «una paz sólida y verdadera».
Sobre San Martín, el arzobispo mencionó que el General «fue un abnegado defensor de la causa americanista y valiente soldado en las guerras emancipadoras».
Luego, Obama visitó la tumba de San Martín, que permaneció cerrada al público por cuestiones de seguridad y al allí, el presidente estadounidense ingresó junto con Malcorra y depositó un arreglo floral en homenaje al Libertador.
El recorrido continuó junto a los obispos por los distintos sitios especiales de la Catedral, entre ellos la Capilla de la Virgen de Luján. En eselugar, Poli le explicó el sentido de la devoción a la Virgen de Luján y la relación con el negro Manuel, que fue quien encontró la imagen de la virgen en 1684.
Obama visitó además el mural en homenaje a las víctimas del Holocausto judío, instalado por el fallecido cardenal Antonio Quarracino en 1997 y rindió un homenaje a «las víctimas de la bomba contra la comunidad judía» en Buenos Aires «hace 22 años», en alusión al atentado a la AMIA el 18 de julio de 1994 en el que murieron 85 personas.
También observó la imagen del Cristo Crucificado y se detuvo unos minutos a ver el cuadro con el escudo del papa Francisco.