Palabras del Presidente del Correo Argentino, Dr. Raúl Casa.
Monseñor Nicola Girasoli, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica;
Presbítero Horacio Moreno,
Fudación Internacional Raoul Wallenberg;
Señoras y Señores,En nombre del Correo Argentino concesionario del Correo Oficial de la República, deseo agradecer a todos su participación en este lanzamiento filatélico y, en particular, expresar nuestro reconocimiento a la Nunciatura Apostólica en la Argentina por abrirnos las puertas de su casa para realización de este acto.
En 998 el Correo emitió un sello postal en homenaje a la extraordinaria labor humanitaria de Raoul Wallenberg; ocasión en la que se realizó un acto de lanzamiento en el Palacio de Correos con la presencia del Presidente de la Nación e importantes personalidades. Hoy, la Fundación Internacional Raoul Wallenberg ha generado este encuentro que, a través del Comité Internacional Angelo Roncalli, gestionó la emisiñón del entero postal del Papa Juan XXIII como una vía más para la difusión de su personalidad en todo el mundo.
Hace unos pocos días se han cumplido 40 años de la muerte del Papa Bueno quien vivió convocando a la unidad y rogando a Dios por ella. Juan XXIII fue un Papa de profunda espiritualidad, superador de controversias, mensajero del Amor.
Al mismo tiempo un hombre vital, lleno de energía, cuyo breve Pontificado, de menos de cinco años, marcó un punto de inflexión en el catolicismo y legó una herencia de inmensa riqueza y valor a la humanidad entera.
A poco de asumir su Pontificado, Juan XXIII dejó perplejos a la iglesia y al mundo al anunciar su intención de convocar a un concilio ecuménico que, tal como lo planeó (más pastoral y evengélico que jurídico y dogmático), no contaba con precedentes en la historia de la iglesia.
El Concilio Vaticano trataría de abrir las ventanas de la Iglesia al mundo moderno el cual, en muchos de sus centros intelectuales y científicos más destacados, estaba cerrando sus propias ventanas ante cualquier idea de la trascendencia. El hecho de llevar a la Iglesia Católica hacia un diálogo franco sobre su naturaleza, su culto, su misión y su relación con el mundo bajo tales circunstancias suponía un tremendo acto de fe y también una enorme valentía.
Puede decirse que esa convicción y esa experiencia de vida de Juan XXIII fueron generadoras también de la reflexiónh sobre las relaciones entre la Iglesia Católica y el judaísmo, que se inició en el Concilio Vaticano II y que ha ido creciendo sin pausa.
Como católico y como presidente del Correo Argentino, pretendo expresar la admiración y el reconocimiento por lo sextraordinarios frutos de la labor del Papa Juan XXIII a quien veneramos en la Iglesia y a quien venera, fuera de ella, todo hombre de buena voluntad.
El entero postal de hoy, evoca el sello dedicado al Pontífice emitido por el Correo en 1964, en el primer aniversario de su fallecimiento. El Correo Argentino se congratula hoy por esta emisión y hace suya la afirmación de Juan XXIII que se transcribe en el entero sobre la paz, a la que el Santo Padre vinculó inexorablemente con la verdad, el amor y la libertad.
Muchas gracias a todos.