Embajadora de Suecia, Madeleine Ströje-Wilkens,
en ocasión de la ceremonia conmemorativa de Raoul Wallenberg.
Buenos Aires
Amigas y amigos, seguidores de los ideales de Raoul Wallenberg.
Raoul Wallenberg – un desaparecido
Raoul Wallenberg es un ciudadano sueco, desaparecido hace casi 60 años en la Unión Soviética apresado por agentes militares. El mismo destino sufrió otra ciudadana sueca, Dagmar Hagelin, desaparecida hace 25 años en la Argentina.
Raoul Wallenberg es uno de los muchos héroes destacados de la Segunda Guerra Mundial. Mientras llovían bombas sobre la ciudad de Budapest, Hungría, el diplomático sueco salvó alrededor de 100.000 personas de la persecución nazi. Aquí presentes tenemos algunos de ellos, el Sr. Laszlo Ladanyi y el Arquitecto Tomas Kertesz, y qué gusto da verlos aquí!
Para mi este acto es una muestra de aprecio por un héroe que salvó las vidas de personas, para él desconocidas, por su sentido de responsabilidad para la humanidad y los valores de los derechos humanos. Mi cálido agradecimiento a la Fundación Internacional Raoul Wallenberg por haber donado esta placa conmemorativa a la ciudad de Buenos Aires. Es un gran placer para mí poder participar en este acto.
La historia de Raoul Wallenberg
Deseo recordarles algo de la historia de Raoul Wallenberg:
Cuando Wallenberg llegó a Budapest en julio de 1944, los nazis ya habían deportado 400.000 judíos al campo de exterminio de Auschwitz. Quien manejaba las deportaciones desde Budapest era Adolf Eichmann, quien fuera capturado en Buenos Aires en 1960.
Para poder salvar la mayor cantidad posible de los 700.000 judíos que quedaban en Hungría, Wallenberg debió recurrir a métodos poco ortodoxos. Junto con sus colegas diplomáticos suecos, confeccionó pasaportes llamados de protección en la embajada de Suecia en Budapest, y los repartía a los judíos. En esta expresiva estatua del escultor inglés Philip Jackson, se puede apreciar estos documentos salvavidas. Los judíos protegidos de esta manera eran alojados en otra creación de Wallenberg, conocida como ”Casas de protección” que tenían en sus entradas la bandera sueca, por lo cual gozaban de inmunidad frente a los ataques de los nazis.
Eichmann, mientras tanto, continuaba con su tarea asesina, y seguía deportando judíos a Auschwitz en trenes que no paraban de circular desde la estación central de Budapest. En una ocasión, Wallenberg se subió a los techos de los vagones de un tren a punto de partir, y por las rendijas alcanzó paquetes de pasaportes a sus ocupantes para liberarlos a tiempo.
Durante toda su acción de rescate, Wallenberg sabía que estaba arriesgando su vida al continuar con su trabajo humanitario. Sin embargo no se detuvo. Dijo: ”No tengo otra opción. He aceptado esta tarea y nunca podría regresar a Estocolmo sin el conocimiento de que he hecho todo lo humanamente posible para salvar la mayor cantidad de judíos”. Y continuó haciéndolo hasta que fue capturado por el ejército soviético en 1945. Nunca regresó. Hasta hoy en día no sabemos la suerte de Raoul Wallenberg.
Como los miles de desaparecidos argentinos durante la dictadura militar, Raoul Wallenberg sigue siendo un desaparecido. Hace casi 60 años que desapareció, pero sus acciones merecen, como ha dicho el primer ministro de Suecia, Göran Persson, permanecer en nuestra memoria para siempre. No solamente para honrar la hazaña de Raoul Wallenberg en salvar vidas, sino, sobre todo, porque Raoul Wallenberg tiene algo para enseñarnos.
La enseñanza de Raoul Wallenberg: Coraje ciudadano
Amigas y amigos, ¿qué nos dice Raoul Wallenberg sobre nuestra propia responsabilidad de actuar contra las fuerzas del mal?
En primer lugar, Raoul Wallenberg nos ha mostrado que un solo individuo, con determinación, puede hacer la diferencia.
En segundo lugar, nos ha mostrado que tenemos que estar siempre dispuestos para actuar en defensa de los derechos humanos. Raoul Wallenberg sabía que no era posible demorar o dudar. Nos ha mostrado la importancia de actuar con determinación y sin demora para defender la vida y la dignidad humana.
En tercer lugar, Raoul Wallenberg nos ha mostrado que cada individuo tiene una responsabilidad moral de actuar. Cada uno de nosotros debe tener una brújula moral que nunca fallara. Debemos tener coraje ciudadano para no permanecer en la indiferencia y el silencio.
Información en internet
Quienes quieren saber más sobre Raoul Wallenberg pueden encontrar su biografía en varias páginas de internet: La página de la Fundación Internacional de Raoul Wallenberg ( www.raoulwallenberg.net ), la página del instituto sueco ( www.sweden.se ) y la página de la embajada de Suecia en Buenos Aires ( www.swedenabroad.com/buenosaires ). Agradezco profundamente a la Fundación Internacional de Raoul Wallenberg, por haber hecho la traducción del sueco al castellano de esta biografía.
El Foro Internacional de Estocolmo, 2000-2004
Amigas y amigos. En enero del año 2000, el primer ministro de Suecia, Göran Persson, organizó una gran conferencia internacional sobre el Holocausto, para recordar la historia y generar un diálogo vivo entre las generaciones sobre los valores democráticos y humanos.
Era la primera conferencia de cuatro. La segunda conferencia era sobre como combatir la intolerancia, y la tercera trataba el tema de ” verdad, justicia y reconciliación civil”.
Es muy grato poder anunciarles una noticia que recibí hace muy poco: En seis meses, la cuarta y última conferencia tendrá lugar en Estocolmo en enero de 2004. El tema de esta cuarta conferencia es ”como prevenir los genocidios y conflictos”. Dar a conocer la historia juega un papel muy importante en la prevención de futuros conflictos.
Nunca serás un espectador
Amigas y amigos. Para terminar, deseo contarles algo que una de los participantes en la conferencia sobre el Holocausto, el profesor judío Yehuda Bauer dijo cuando estaba en Estocolmo en enero de 2000: Dijo que su pueblo, el pueblo judío, ha dado al mundo los diez mandamientos, pero que el tiempo y la obra de individuos como Raoul Wallenberg, nos han enseñado que a los diez mandamientos debemos añadir tres más: ”Nunca serás un verdugo”. ”Nunca serás un víctima”. ”Nunca, pero nunca, serás un simple espectador.”
Amigas y amigos. Jamás debemos olvidar lo que la historia y el tiempo nos han enseñado. Como dice el Antiguo Testamente: ”De eso contaremos a nuestros hijos”. Yo quiero agradecer en forma muy especial a la Fundación Wallenberg por su trabajo incansable para que no olvidemos nunca las atrocidades del holocausto y que siempre recordemos la obra de Raoul Wallenberg y lo que nos ha legado. Esta placa conmemorativa juega un papel muy importante para que, los que hoy nos encontramos aquí, tengamos siempre presente la lección de Raoul Wallenberg: ”Nunca serás un espectador”.
Muchas gracias.