EL TESTIGO
Escuché hablar sobre Raoul Wallenberg por primera vez en 1957, cuando tenía sólo siete años.
Mis abuelos daneses tomaron parte activa en el contrabando de Judíos y combatientes de la resistencia desde Dinamarca a Suecia durante la Segunda Guerra Mundial. En su apartamento glamoroso en Gotemburgo, tenían un ambiente acogedor, pero eficaz, ”el campamento de transición”. Al mismo tiempo, mi abuelo llevaba a cabo con misiones secretas regulares en el puerto de Gotemburgo y en las costas del Sudoeste de Suecia para traer a casa más refugiados y combatientes de la resistencia.
Después de que mi abuelo murió en 1953, mi abuela mantuvo la tradición de ayudar a los refugiados. A partir de 1956, alojó a las mujeres húngaras que habían huido de su patria. Una de ellas estaba especialmente triste cuando yo la encontraba durante mis visitas diarias. Se veía el dolor constante en sus ojos, y era difícil para mi cerebro de siete años de edad, entender por las situaciones que había pasado ella.
Pero en mi corazón siempre he compartido su dolor.
Un día me habló de su fuga y sus experiencias anteriores. Era atemorizante para un niño de siete años de edad enfrentarse cara a cara con esas narraciones de total y desnuda violencia. Sin embargo, en su historia comenzó repentinamente a hablar de su héroe que, sólo doce años antes, había llegado a su ciudad natal como un salvador. Él no sólo le había salvado la vida a ella sino a miles de otras personas. En ese momento observé por primera vez un rayo de esperanza en sus ojos. Su expresión triste desapareció y pude ver que resplandecía de felicidad mientras contaba su historia. El hombre del que estaba hablando… se llamaba Raoul Wallenberg.
Cuando llegué a casa ese día mi padre me dio otra imagen de lo que había ocurrido. Él no estaba feliz en absoluto. Su rostro se llenaba de furia mientras manifestaba su enojo acerca de las personas que habían secuestrado a Raoul Wallenberg. Yo estaba tan molesto como mi padre, y no podía entender cómo alguien podía actuar violentamente contra un hombre que había hecho lo que yo había escuchado antes ese día de la boca de un testigo presencial.
Desde entonces he vivido con dos imágenes de Wallenberg, la de ”el salvador” y la de ”el secuestrado”. A lo largo de mi vida he intentado seguir en la búsqueda de su verdadero destino. Junto con millones de otros he pasado de la esperanza a la desesperación. Pero todos estos años hemos persistido en creer que Raoul Wallenberg sigue vivo. Un testigo creíble tras otro ha indicado que esto es cierto. Pero no importa cuánto tiempo haya vivido Raoul, sino que lo hayan despojado de su vida.
Y a nosotros nos han despojado de Raoul Wallenberg mismo.
EL HOMBRE
En enero de 1945, Raoul Wallenberg fue hecho prisionero por la Rusia Soviética.
Se han hecho enormes esfuerzos para averiguar lo que le ha sucedido. Todavía no sabemos nada sobre su destino.
El trauma del secuestro de Wallenberg es difícil de soportar. En la introducción a este cuadernillo hablo sobre que mi primera reacción a los 7 años sobre el secuestro de Wallenberg fue que no podía entender cómo alguien pudiese actuar violentamente hacia un hombre que había dejado una vida segura y viajado a otro país para salvar la vida de decenas de miles de personas.
Hoy lo entiendo aún menos.
Aunque es triste no saber sobre el destino de Wallenberg, todavía da alegría escuchar acerca de su carácter y sus hazañas. Vemos a un hombre que creció en un hogar seguro y cariñoso, a pesar de que su padre murió de cáncer pocos meses antes del nacimiento de Raoul. Con su madre, su padrastro y sus medio-hermanos, se crió armoniosamente y se convirtió en un joven positivo, considerado con una gran curiosidad acerca de la forma de pensar y de vivir de los demás.
Durante y después de sus estudios universitarios viajó por todo el mundo para ganar el respeto y la comprensión de otras culturas.
Más tarde fue horrorizado por los exesos de los Nazis contra el pueblo judío. Cuando las Leyes de Nuremberg en 1935 legalizó la persecución sistemática de los Judios en Alemania, Raoul tomó una posición firme para los Judios. Cuando la persecución se convirtio en genocidio, quiso utilizar su educación y, en particular, su amplio conocimiento de idiomas para salvar vidas, a pesar del peligro. Con su inteligencia afilada, la empatía, y la total falta de respeto para las autoridades que abusan de poder, él decidio poner sus planes de rescate en acción. Él logró todo, sin armas, y sin ningún pensamiento de ganar honor, fama, o poder. Lo único que lo llevo a esto fue su amor por la humanidad y su búsqueda de la verdad y la justicia.
LA HAZAÑA
Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, mientras que las tropas aliadas estaban decididamente dedicadas a la aniquilación de la tiranía Nazi por la vía militar, el gobierno norteamericano pidió la intervención de los Estados neutrales contra las persecuciones inhumanas de los Nazis. Raoul viajó por todo el mundo para ganar el respeto y la comprensión de otras culturas.
Más tarde se horrorizó por los excesos de los Nazis contra el pueblo judío. Cuando las Leyes de Nuremberg en 1935 legalizaron la persecución sistemática de los Judíos en Alemania, Raoul tomó una posición firme a favor de los Judíos. Cuando la persecución se tornó en genocidio, quiso utilizar su educación y, en particular, su amplio conocimiento de idiomas para salvar vidas, a pesar del peligro. Con su inteligencia afilada como una navaja, su empatía, y su total falta de respeto por las autoridades que abusan de su poder, avanzaba denodadamente para poner en acción sus planes de rescate. Logró todo esto sin armas, y sin ninguna intención de ganar honor, fama, o poder. Lo único que lo impulsaba era su amor por la humanidad y su búsqueda de la verdad y la justicia.
Se creó la organización War Refugee Board (Junta de Refugiados de Guerra), WRB. Ésta organizaría y financiaría las acciones en Alemania y en los países ocupados para liberar y proteger a las víctimas de los Nazis. Por razones obvias, el objetivo principal consistía en cuidar de la población Judía ya que los Nazis asesinaban sistemáticamente a los Judíos dondequiera que los hallaran.
Como los Estados Unidos, desde la declaración de guerra contra Alemania, no tenían una embajada en Alemania o en cualquiera de los países ocupados por Alemania, la responsabilidad principal de estas acciones les fue dada a los países que tenían contacto diplomático con Alemania. Suecia fue uno de ellos. El Departamento de Estado sueco aceptó su responsabilidad y permitió que Raoul Wallenberg, por su propia iniciativa, fuera a la capital de Hungría para organizar y ejecutar las tareas de la WRB. Al hacerlo se le daba protección por parte de la legación sueca.
Wallenberg, de sólo 32 años, tomó el desafío no porque había trabajado anteriormente para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia. Lo hizo sólo porque estaba terriblemente molesto por lo que los Nazis estaban haciendo con los Judíos.
Quería intervenir. El WRB y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia fueron sus herramientas.
En una lucha incansable logró rescatar a una enorme cantidad de personas de los campos de la muerte. Sus adversarios eran no sólo los ocupantes Alemanes sino también a los Nazis Húngaros, los miembros del ”Partido Arrow Cross”.
Wallenberg estaba completamente centrado en su objetivo de detener a cualquier precio las deportaciones que llevaban a cabo los Nazis. El tiempo era corto, porque en 1944 todos los días sólo en Hungría más de diez mil Judíos eran enviados a los campos de trabajo. Con su energía sinfín, su carisma y sus técnicas inusuales de negociación actuó rápidamente, junto con sus colegas de las legaciones de Suecia, Suiza, España y Ciudad del Vaticano.
Uno de los medios para salvar el mayor número posible de Judíos era expedir pasaportes diplomáticos (Schutz-pases) a la gente de ascendencia Judía. Los pases otorgaban la amnistía y apoyaban una futura emigración a Suecia.
El secretario de la legación sueca, Per Anger, inventó estos pasaportes, Wallenberg desarrolló los pases, diseñándolos de manera tal de impresionar aún más a los Nazis. (La cubierta de este cuadernillo es un ”Schutz-Pass” sueco, en un formato más pequeño.)
El apasionado estilo de liderazgo de Wallenberg le permitió hacer el trabajo de salvar a los Judíos vulnerables mediante métodos más eficaces que la expedición de pases de seguridad. También utilizó su propio conocimiento para organizarlos en la lucha por sus hermanos y hermanas. Esto tuvo mucho éxito, ya que entre ellos había gente que tenía experiencia en asuntos diversos. De esta manera, devolvió a los Judíos algo de la auto-confianza que los Nazis les habían arrebatado concienzudamente durante el proceso de quebrar su poder de resistencia.
Wallenberg promovió la idea de comprar o alquilar edificios enteros y consignarlos como extensiones de la legación sueca. En estas viviendas protegidas, a las que los Nazis no podían entrar en conformidad con el derecho internacional, los Judíos eran asilados hasta el final de la guerra.
Wallenberg intervino con autoridad para impedir las deportaciones. Con valentía y astucia salvó a los deportados de los transportes y las marchas hacia los campos de trabajo. Tras el rescate eran llevados a las ”casas seguras”.
La última hazaña de Raoul fue su participación activa en la prevención de la toma de gueto judío de Budapest por los Nazis. El ataque había sido planeado desde hacía algún tiempo, y en total hubiera llevado a la aniquilación de los 70.000 Judíos que habían sido acorralados en ese país.
El hecho de que Suecia tomara parte en estas acciones es una de las pocas cosas positivas que nuestro país hizo durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos diplomáticos Suecos y de otras naciones deberían ser honrados por sus actos heroicos. Entre ellos se encuentra Per Anger, el colega y amigo de Wallenberg en la legación Sueca.
EL SECUESTRO
En enero de 1945, cuando todo el mundo pensaba que la liberación había llegado a Budapest, Wallenberg fue apresado por las victoriosas tropas Soviéticas. Todavía no está claro el por qué de su captura. Quizás en sus mentes patológicamente sospechosas creían que era un espía y podría ser intercambiado. Por supuesto que estas sospechas eran erradas. El gobierno Sueco sabía que los rusos habían cometido un terrible error cuando arrestaron a Wallenberg.
Aunque lo habían enviado a una misión de salvataje de los Judíos en Budapest, su pedido de información a los rusos sobre el destino de Wallenberg fue insatisfactorio e ineficaz. Simplemente traicionaron a su propio diplomático. El embajador sueco en Moscú, Staffan Söderblom, declaró directamente ante el dictador soviético Josef Stalin en 1946 que creía que Raoul había muerto durante el caos de los últimos días de la guerra en Budapest.
Esto dio a los rusos la oportunidad de iniciar una espiral de mentiras que mantienen incluso hoy en día.
LA EXPLICACIÓN
Los rusos, incluso después de la caída de la Unión Soviética, se niegan a reconocer el destino de Wallenberg. Aún siguen reivindicando injustificadamente que Raoul murió de un ataque al corazón en una cárcel rusa en 1947, a los 34 años de edad. Siguen afirmándolo a pesar del hecho de que, desde entonces, una serie de testigos creíbles han declarado haberlo visto vivo después de esa fecha.
En 2000, un grupo de trabajo Sueco/Ruso emitió una declaración después de una investigación conjunta sobre el destino de Raoul Wallenberg. Todavía hay posiciones divergentes sobre lo que le podría haber sucedido a Wallenberg. El informe final Sueco establece claramente que los rusos no han sido capaces de demostrar, de manera satisfactoria, la muerte de Wallenberg. En primer lugar no hay ningún certificado de defunción, y ciertamente no se hallaron sus restos.
Y en segundo lugar, no se pueden rechazar las afirmaciones de los muchos testigos que dicen que Wallenberg ha sido visto vivo después de 1947.
Finalmente, se deja en claro que, si el gobierno Ruso desea que su explicación sea aceptada, tiene que probar que Raoul Wallenberg está muerto.
EL REGALO
El gran regalo que nos ha hecho Raoul Wallenberg es enseñarnos que tenemos la opción de decidir sobre el curso de nuestras vidas. Si actuamos, podemos lograr cosas que parecen imposibles.
Nos demostró que la empatía, en combinación con la abnegación es el mejor regalo que podemos dar a nuestros semejantes. Una persona con estas características, puede cambiar el mundo por sí misma. Si todos y cada uno de nosotros actúa en el espíritu de Wallenberg podemos llegar lejos en la búsqueda de un mundo mejor.
Tal vez el más hermoso regalo que dio fue demostrar que el sentido común, el ingenio agudo y la participación desinteresada podían triunfar sobre las armas militares. La palabra puede someter a la espada.
LA VERDAD
Cuando empecé a escribir estos comentarios a mis canciones, yo estaba decidido a centrarme en las hazañas de Wallenberg. Pero más pensaba yo sobre ellas más me horrorizaba sobre cuán erróneamente había sido manejado el tema de su secuestro por parte del gobierno Sueco y, por supuesto, del gobierno Ruso. Ya es hora de que descubramos qué ocurrió con Raoul Wallenberg.
La verdad está aún en manos de los rusos – y puede ser encontrada.
La imagen de las hazañas de Raoul Wallenberg es la de él como un buscador de la verdad que lucha heroicamente contra los efectos de las mentiras a las que ha sido expuesto. Entonces, lleva a cabo su lucha en un momento en que los Nazis robaron nuestro derecho de buscar la verdad.
Las mentiras que nos dijeron fueron que los Judíos son de una raza inferior en comparación con los Alemanes y que eran una amenaza para Europa. Se dijo también que los Judíos se aliaron con Alemania y con los enemigos de Europa – cualesquiera que pudieran haber sido éstos.
La forma de toma de posición de Wallenberg era única. Hubo un mayor número de personas que actuaron en contra del genocidio Nazi de los Judíos. Pero hubo pocos, si los hubiere, a excepción de Raoul Wallenberg, que voluntariamente y por iniciativa propia, dejaron una vida segura en su patria para ir directamente a una zona de guerra en un país extranjero con la determinación de salvar a su prójimo de los efectos de una gigantesca mentira.
Veo con temor que la mentira viene arrastrándose lentamente detrás de nosotros. La mentira es una vez más llamada ”racismo” con anti-Semitismo y está plantando una vez más sus raíces en Suecia y en el resto de Europa. Por lo tanto, nunca ha sido tan importante mantener el legado de Raoul Wallenberg vivo como ahora. Tenemos que aprender de su ejemplo de buscar la verdad y, fortalecidos por su discernimiento, debemos luchar contra las mentiras para alcanzar la justicia.
Pero, ¿cómo podemos llevar a la práctica el regalo que nos dio? Pocos de nosotros ha sido dotado de su valor y ninguno de nosotros está dispuesto a tener en cuenta el pensar en seguir el rumbo de su destino.
En mi canción ”No hay duda” quiero significar que no es necesario que entremos en una batalla tan peligrosa como lo hizo Wallenberg con el fin de seguir su ejemplo, para llevarnos a un mundo mejor.
Todos y cada uno de nosotros puede poner su talento a trabajar teniendo empatía y defiendo a nuestros semejantes activamente después de haber buscado y encontrado la verdad. Una verdad es que siempre lo que comienza con el acoso, puede terminar en genocidio.
La verdad puede una vez más ser fácilmente adoptada por nuestra parte. Por lo tanto, debemos luchar por mantenerla dentro de nuestro alcance. En Internet y en las calles nuevos mentirosos están en estos momentos aferrándose a la oportunidad de seducir a la próxima generación.
Lo hacen, por ejemplo, alegando que era imposible que los nazis hayan asesinado a 6 millones de Judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Se refieren a que, de hecho, había sólo 500.000 Judíos en Alemania cuando la persecución se transformó en un sistemático asesinato en masa en 1941. Así manifiestan que afirmar que 6 millones de Judíos fueron muertos es absurdo.
Lo que omiten decir es que sólo dos años más tarde, los alemanes ocupaban países en los cuales vivían 9 millones de Judíos. Seis millones de ellos fueron asesinados sistemáticamente antes de la primavera de 1945, cuando el Nazismo fue aplastado por las tropas aliadas. Cerca de 120.000 Judíos en Europa se salvaron en el último minuto debido a que Raoul Wallenberg, junto con algunos otros diplomáticos y personas valientes se atrevieron a desafiar las mentiras y, haciendo caso omiso de lo que tenían que sacrificar, lucharon para que el resto de nosotros pudiera tener un mundo mejor.
Demos a su regalo la atención que merece.
DOS CANCIONES
”Nuestro rayo de esperanza” es mi oda a Raoul Wallenberg. Doy las gracias a Janne Bark, la productora, por dar a la canción un acuerdo poderoso pero digno dentro del marco de la música rock.
También quiero dar las gracias a Mats ”MP” Persson por el arreglo coloquial de la canción ”No hay dudas”. Aumenta mi intento de mostrar que ninguno de nosotros necesita llevar a cabo este tipo de lucha peligrosa como lo hizo Wallenberg para combatir contra la injusticia.
Si cada uno de nosotros en nuestra vida diaria utiliza nuestros dones como lo sugiero en la canción, vamos a llegar a la meta juntos. Entonces Raoul Wallenberg vivirá entre nosotros – hasta el fin de los tiempos.
Un agradecimiento especial a:
- Nina Lagergren, la hermana de Raoul Wallenberg y a su sobrina Mi Wernstedt por su aliento y por el apoyo inestimable.
- Rachel Oestreicher Bernheim, presidente de ”El Comité Raoul Wallenberg de los EE.UU.”, por su firme apoyo.
- Ada Samuelsson, Senior Project Manager en ”El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, (ONU)”, por realizar las conexiones.
- Yvonne Jacobsson, ”El Museo Judío de Estocolmo”, por su gran apoyo.
- Ella Joleby, Margot Lundquist y Rosina Freeman, por su edición.
- Todas las fotos cortesía de ”El Comité Raoul Wallenberg de los EE.UU.”
- La imagen de la cubierta, de un ”Schutz-Pass” cortesía de Nina Lagergren
NUESTRO RAYO DE ESPERANZA
(A Raoul Wallenberg)En medio de la negra tormenta,
Tan asfixiantemente densa,
Llegó una brisa de aire más limpio,
Con un brillante destello de percepción.
Una llama alumbró
Para que se desnudaran las mentiras,
Y nadie pudiera arrastrarse detrás de palabras
Como ”entrampado” y ”engañado”.Este hombre solitario, entre nosotros
Ahora, con la gloria en su nombre
Se convirtió en nuestro rayo de Esperanza
En un mundo de culpa y vergüenza.
Como un acantilado en el agua agitada,
Se mantuvo firme para guiar el camino;
De modo que nadie pueda negar
O se extravíe de la verdad.Recobrando el desierto,
Él tomó su última posición.
No llevaba escudo en el brazo,
Ni espada en la mano.
Pero sus palabras muerden como el acero
Sobre las incómodas mentiras del asesino;
Y con astucia y trucos arrebató a las víctimas
De los lazos que las ataban.Este hombre solitario, entre nosotros
Ahora, con la gloria en su nombre
Se convirtió en nuestro rayo de Esperanza
En un mundo de culpa y vergüenza.
Como un acantilado en el agua agitada,
Se mantuvo firme para guiar el camino;
De modo que nadie pueda negar
O se extravíe de la verdad.Cuando fluyó la luz,
En el sagrado nombre de la libertad
Por el dragón de dos cabezas
Él fue arrebatado sin vergüenza…
SIN DUDAS
Mi palabra está justo en su corazón,
Como la espina de un seto venenoso
Y fuerza a la amistad, al dolor
Como una hiriente cuña divisoria.Que no haya dudas
Para mí, ser lo suficientemente
Valiente es curar las heridas
Que brutalmente dí.
Y lamentar mis malas acciones
Cuando fui capturado en un rebaño vociferante
Que me llevó por fraude
Y engaños tan confusos.Cuando están hostigando a un amigo
Amparándose unos en otros
Y reunidos en una mafia amenazante,
Voy a hacerme cargo de mi parte.
Porque voy a estar a su lado
Para dispersarlos hacia el polvo.
Utilizando palabras honestas como mi espada,
Desaparecerán en una ráfaga.Que no haya dudas
Para mí, ser lo suficientemente
Valiente es curar las heridas
Que brutalmente dí.
Y lamentar mis malas acciones
Cuando fui capturado en un rebaño vociferante
Que me llevó por medio de fraudes
Y engaños tan confusos.De la historia hemos aprendido
Que el que devuelve bien por mal
Es él que nunca ha dudado
Que estuvo valientemente
En la barricada para guiarnos
Para pensar correctamente, libres y brillantes
Y nunca etiquetar como aquellos
Que separan el negro del blanco.
TRADUCIDO POR MARÍA CRISTINA PANZA