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Sanz Briz, el ‘ángel de Budapest’
El joven diplomático encargado de negocios de España en Budapest entre 1943 y 1944 consiguió salvar la vida a miles de judíos húngaros durante el Holocausto nazi
BARUJ TENEMBAUM, NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS) 14/09/2020 06:00 | Actualizado a 14/09/2020 09:38
Durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler no era el único líder de un régimen totalitario en Europa. Benito Mussolini gobernaba en Italia, António de Oliveira Salazar en Portugal y Francisco Franco en España.
Si bien la interferencia del Estado en la vida social e individual de los ciudadanos era permanente y opresiva, la maquinaria burocrática no logró invadir las conciencias de las personas de bien convencidas de que los valores supremos de la vida y la libertad preceden a cualquier consideración política o ideológica.
Entre esas personas —una multitud de benefactores anónimos— pueden citarse a Giovanni Palatucci, jefe de policia de Fiume en Italia, asesinado en el campo de concentración de Dachau por salvar judíos; Aristides de Sousa Mendes, cónsul portugués en Bordeaux, salvador de decenas de miles de refugiados; y, también, quien fuera representante de España en Hungría, Ángel Sanz Briz. Sanz Briz (28/9/1910 – 11/6/1980).
Fue un joven diplomático del gobierno franquista que cumplió una misión como encargado de negocios de España en Budapest entre 1943 y 1944.
Lo que hizo en ese breve lapso de tiempo le valió pasar a la historia como héroe de la humanidad”
Sin que mediara una orden de su gobierno, Sanz Briz, católico, utilizó todos los recursos a su alcance para evitar que miles de personas fueran conducidas a los campos de exterminio.
Trabajó en colaboración con Raoul Wallenberg, detenido y desaparecido en 1945 por el ejército soviético; el Nuncio Apostólico Angelo Rota, el cónsul suizo Carl Lutz y muchos otros diplomáticos que integraban una suerte de red clandestina de salvataje.
Trabajando sin pausa, Sanz Briz emitió miles de cartas de protección que garantizaban inmunidad a sus portadores.
Cuando era interpelado por las autoridades pro nazis argumentaba que se trataba de documentos para ser entregados sólo a judíos sefarditas”
Presionado por Estados Unidos, el gobierno español le había otorgado permiso a Sanz Briz para ayudar a los judíos húngaros, en base a un antiguo decreto del gobierno de Primo de Rivera de 20 de diciembre de 1924 que reconocía como españoles a los descendientes de los sefardíes expulsados por los Reyes Católicos en 1492.
“Las doscientas unidades que me habían sido concedidas las convertí en doscientas familias; y las doscientas familias se multiplicaron indefinidamente merced al simple procedimiento de no expedir documento o pasaporte alguno con un número superior a 200”, contaría años después Sanz Briz en el libro ‘España y los Judíos’, de Federico Ysart.
En 1966, Israel le otorgó el título honorífico de Justo entre las Naciones, pero el régimen franquista no lo autorizó a viajar porque no mantenía relaciones con el Estado hebreo.
Perfil del Lector Experto
Baruj Tenembaum
Fundador de la Fundación Raoul Wallenberg.