Participaron del encuentro los voluntarios del equipo educativo Diana Liniado, Hernán Wengrower, Carina Garber y Paula Ini.
La presentación se llevó a cabo para un grupo de 200 alumnos de 12 a 18 años. La pregunta que disparó el encuentro fue: ¿Cómo despertar el interés sobre el tema de los valores universales en una generación de jóvenes que muchas veces viven con auriculares inmersos en su música, capturados por la pantalla de la televisión, del celular, de la computadora y de los juegos electrónicos, invadidos por la avalancha de mensajes publicitarios con el imperativo de “tener éxito y ser feliz”?
Los adultos dicen: “Hay mucha necesidad de transmitir valores” y aceptan la propuesta con interés. Sin embargo, la mayoría de los jóvenes no piensan en eso; están en la inmediatez, en los placeres y saberes efímeros, sueñan con aparecer en los medios y con tener mucho dinero.
Nuestro gran desafío es en primer lugar atraer su atención. Una manera efectiva es mostrándonos humanos, con ganas de compartir algo con ellos, sin aparentar ser seres superiores que vienen a traer una verdad de otro mundo, sin emitir juicios de valor sobre sus modos de vida, sus posturas, su apariencia.
¿Cómo construir un espacio entre lo que nosotros queremos decir y lo que ellos quieren escuchar?
Para transmitir una enseñanza o una experiencia es necesario crear un clima de confianza, de respeto mutuo, de diálogo e intercambio auténticos.
Si esperamos que la nueva generación escuche el mensaje de Wallenberg, su vida, sus convicciones y sus acciones, somos los adultos comprometidos con la transmisión los que tenemos que aprender la lección poniendo en práctica los valores que queremos transmitir:
– Escuchando a los alumnos, sin prejuicios
– Abriendo canales de diálogo con ellos
– Mostrando que su participación tiene valor
– Poniendo en juego nuestra creatividad sin perder de vista nuestras convicciones
En la escuela n° 9 de Lanús, no nos presentamos como héroes. Intentamos hablar como personas comunes que sueñan con un mundo mejor y que trabajan día a día para que ese sueño se haga realidad.
Para finalizar, es importante destacar las palabras de la Directora, Irene Mastrolia, al cierre de la actividad: “No todo está perdido, al mundo lo hacemos entre todos, cada uno de ustedes tiene algo bueno para dar”.