El 3 de diciembre de 2014, en el marco del Programa “Wallenberg en la Escuela”, se llevó a cabo la última presentación del año. Se trató del segundo encuentro con el Centro Hebreo IONA, en la ciudad de Buenos Aires. Alumnos de 4to y 5to grado, docentes y directivos del colegio, escucharon el relato de Alexis Bulgari sobre su padre Constantino, Justo entre las Naciones, por haber escondido a tres personas judías durante la Segunda Guerra Mundial. Fue una experiencia emocionante y motivadora.
No es frecuente tener la oportunidad de mantener una comunicación personal y espontánea con el hijo de un Justo que estuvo en contacto con al menos una de las personas escondidas en la casa familiar y que se puede ver en las fotos de entrega de la distinción de Yad Vashem.
El hecho que “ese de la foto” estuviera delante de ellos, despertó preguntas muy pertinentes sobre la historia:
– ¿En la casa de su padre, había un refugio especial como en la casa dónde se escondió Anna Frank?
– ¿Cómo era la vida cotidiana?
– ¿A qué jugaban?
– ¿Cómo se vestían para salir?
– ¿Quién sabía que Constantino aceptaba esconder judíos?
– ¿Cómo sabían en quién confiar?
– ¿Por qué denunciaban las personas?
– ¿Cómo hizo Alexis Bulgari para que su padre fuese declarado Justo?
Preguntas todas fundamentales para seguir transmitiendo la existencia de los distintos modos de ayuda a personas perseguidas durante la Segunda Guerra, según los países (Raoul Wallenberg en Budapest, Constantino Bulgari en Roma), según los peligros (persecución, amenaza de muerte, denuncias, desabastecimiento), según los recursos, (refugio, alimento, documentación falsa, cambio de identidad, transporte a otro refugio), la urgencia (improvisar respuestas apremiado por autoridades); ayuda anónima muchas veces, con frecuencia incondicional, invalorable siempre.
Ante el asombro de los alumnos por las acciones que se llevaron a cabo para salvar vidas en medio de la barbarie, se comentó la existencia de una ciudad Chambon sur Lignon dónde todos sus habitantes fueron héroes modestos, lo que mereció por parte de Yad Vashem el título de Justos entre las Naciones a toda la población. No hubo en todo el pueblo una sola denuncia y todas las personas escondidas sobrevivieron.