La Cancillería argentina derogó un documento secreto que fue diseñado para impedir la entrada de judíos y otros perseguidos por los nazis al país
Se trata de la ”Circular Nº 11”, una instrucción dictada en 1938 por el entonces canciller argentino José María Cantilo y enviada a todas las delegaciones de este país en el mundo.
La circular ordenaba a los consulados a negar visas, ”aún de turismo o de tránsito, a toda persona que fundadamente se considere que abandona su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera sea el motivo de su expulsión”.
El gobierno del presidente Néstor Kirchner reconoció la existencia de este polémico documento, uno de los secretos mejor guardados por el Estado argentino, y este miércoles el canciller Rafael Bielsa firmó su derogación.
Revelación
La medida era reclamada desde hace años por la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, una organización educativa fundada en Argentina con sede en varios países.
La única copia original que existe de la ”Circular 11” fue descubierta en 1998 por la investigadora Beatriz Gurevich en los archivos de la embajada argentina en Estocolmo.
Sin embargo, a pesar de las gestiones de Gurevich, el documento no fue revelado de inmediato.
Fue en 2002, cuando la Fundación Wallenberg decidió darlo a conocer publicándolo en su sitio de internet, que el secreto fue revelado en Argentina y el resto del mundo.
En el acto de derogación, Bielsa fue acompañado por el ministro del Interior argentino, Aníbal Fernández, y por Natalio Wengrower, vicepresidente de la Fundación Wallenberg.
Gustavo Jalife, director ejecutivo de la institución, explicó a la BBC que ”la sensación que tiene la fundación es que finalmente se hace justicia, después de 77 años.”
”Creemos que el gobierno está cumpliendo con su deber, no está haciendo nada extraordinario, pero nos parece muy correcta, elogiable y oportuna la decisión del gobierno de intervenir para poner fin a esta vergüenza”.
Argentina y el nazismo
Según muchos investigadores, son cientos los ex nazis que llegaron a Argentina luego de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Durante las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón (1946-1955) entraron clandestinamente a Argentina importantes jerarcas nazis como Josef Mengele, Adolf Eichmann y Erich Priebke, todos con documentos falsos.
”Se habla de grandes centenares, algunos afirman que la cifra supera los mil”, explicó a la BBC Gustavo Jalife.
”La colaboración de Argentina con el nazismo se explica por muchos años de neutralidad, cuando casi todo el mundo había declarado hostilidades a Alemania. Argentina lo hace sólo después de la guerra, apremiada por las circunstancias”.
Según Jalife, Argentina ”era un buen lugar donde los nazis podían disfrutar de transacciones, reservas y otros beneficios que le daba la neutralidad argentina”.