Luis H. Irigoyen está incluido en un homenaje a los que lucharon contra el Holocausto, pese a que dejó a cien argentinos librados al nazismo. En las próximas horas lo sacarán del edificio.
Luis H. Irigoyen fue secretario de la embajada en Berlín durante el nazismo. En 1943, funcionarios del Tercer Reich quisieron entregarle a las autoridades argentinas a 100 compatriotas judíos. Irigoyen jamás respondió a los alemanes, dejando librado al criterio de la máquina asesina nazi el destino de sus compatriotas: la cámara de gas.
Lustrada todos los días por un ordenanza de Cancillería, una placa que recuerda a supuestos ”salvadores” del genocidio nazi lo incluye.
A pesar de los reiterados y fundados reclamos de diferentes organizaciones y particulares que muestran su indignación por la placa descubierta durante la gestión de Adalberto Rodríguez Giavarini en julio de 2001, el Ministerio de Relaciones Exteriores aún no había removido el homenaje a doce personas, que continúa en la planta baja del edificio de Esmeralda 1212.
La Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (CEANA), creada por Guido Di Tella en 1997, promovió como ”héroes” a doce ex integrantes de la Cancillería durante los años del Holocausto por su presunta ”solidaridad con las víctimas del nazismo”.
La indignación entre diversos sectores de la sociedad da cuenta de los ”horrores” que se cometieron al incluir como ”solidarios” y ”héroes” a personas que, a lo sumo, cumplieron con sus deberes de funcionarios públicos, aseguran desde la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.
Sin embargo, lo que más indignación causó fue leerse la inclusión de Irigoyen en esa placa, sin que se conocieran los motivos ciertos que llevaron a la CEANA a colocarlo como un héroe de la lucha contra el genocidio.
El accionar de Irigoyen, del cual constan documentos, fue lo que mayor indignación causó entre diversas personalidades que se sumaron solidariamente al reclamo hecho en forma oficial por la Fundación Internacional Raoul Wallenberg como también por el escritor Uki Goñi, quienes no comprenden tanta contradicción histórica.
Los pedidos llegaron hasta el despacho del ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien luego de entrevistarse con el canciller Rafael Bielsa prometió descolgar ”el homenaje” cuanto antes, mostrándose sumamente indignado por el error histórico.