Denuncia de Nazismo.
La Cancillería debió retirar una controvertida placa de su edificio que homenajeaba a 12 diplomáticos argentinos por sus actuaciones en ”favor de los judíos” durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los cuales está acusado por organizaciones de la colectividad de haber hecho exactamente lo contrario.
La resolución 999, firmada por el canciller Rafael Bielsa el lunes, y dada a conocer ayer, dispuso, ”como medida preventiva”, el retiro de la placa ubicada en el edificio sede del ministerio. La resolución toma en cuenta la ”gravedad” de una denuncia, y por ”razones de procedencia y responsabilidad institucional” adoptó medidas preventivas hasta tanto unan comisión termine sus investigaciones sobre el asunto.
La denuncia la llevaba adelante desde hace años la Fundación Wallenberg y apuntaba contra la controvertida placa, inaugurada con toda la pompa en julio de 2001 por el entonces canciller Adalberto Rodríguez Giavarini. Esta homenajeaba a un grupo de funcionarios argentinos que ”se destacaron durante el régimen del Tercer Reich por sus muestras de solidaridad y humanidad con las víctimas del nazismo.”.
Pero, tras una sesuda investigación, apoyándose en documentos en los juicios de Nuremberg, de libros y en averiguaciones propias, la Wallenberg sostiene que no sólo se distinguió a hombres que ”sólo cumplieron con su deber diplomático de ayudar a argentinos judíos”, sino también que hay un caso más conflictivo. El director de la fundación, Gustavo Jalife apuntó contra el ex secretario de la embajada argentina en Berlín, Luis H. Irigoyen, quien -aseguró— rehusó repatriar a 100 judíos argentinos que el régimen de Adolf Hitler deseaba entregar a la Argentina.