Pensamiento
Para el argentino Baruj Tenembaum, pionero del diálogo entre credos, la ignorancia es el motor de los odios y muchas de las guerras actuales.
¿Cómo se entiende que religiones que profesan el amor, la caridad y la compasión sean la excusa de las guerras actuales?
Me parece perfecto el uso de la palabra excusa porque son los hombres lo que hacen las guerras y utilizan a la religión como excusa. Los déspotas cometen crímenes con el pretexto del orden y los nazis organizaron el genocidio en nombre de la raza pura. De la misma manera que cierta gente masacró a los armenios, a los indígenas o, en Irak, destruyó la mezquita de un grupo religioso también islámico, Stalin en un país ateo mató millones de personas.
El crimen, si es crimen se ejecuta invocando o no a la religión. Y el amor, si es amor, se ofrece y se vivencia con o sin religión. La diferencia está en que la religión auténtica pregona el amor. Si la Humanidad respetara los Diez Mandamientos ya se habría completado la Creación del mundo, es decir, se habría logrado la perfección.
¿Por qué dice usted que la ignorancia es la gran enemiga de la Humanidad?
No hablo de la ignorancia como sinónimo de indiferencia o distracción, sino como de total desconocimiento del otro. Sólo en la medida en que conocemos a alguien empezamos a perderle miedo. Este principio sencillo es la base del diálogo interconfesional.
Un principio que para millones de creyentes parece bastante complicado…
Es porque millones no entienden que no es necesario aceptar los principios y premisas del prójimo para entenderlo y aceptarlo. Cada uno puede ser lo que quiere y la ignorancia atenta contra esta legítima voluntad humana. Hay un antiguo relato arameo que cuenta que en el desierto, dos personas que venían en direcciones opuestas, al no poder distinguir en qué consistía la sombra que se les acercaba, se prepararon con el arma para defenderse.
Cuando se acercaron muy bien y se dieron cuenta de quiénes eran, tiraron las espadas y se abrazaron. El cuento habla de cómo nos entendemos a medida que desaparece el temor.
¿Qué habría que cambiar de las religiones para favorecer el entendimiento?
Primero y principal eliminar la palabra tolerancia. Es una mala palabra.
Quien tolera peca. Se tolera un dolor o una gran incomodidad, pero no a otro ser humano. Yo soy igual al prójimo en la medida en que lo considero mi igual.
¿No es una ingenuidad plantear como solución a la violencia histórica el diálogo interreligioso?
El diálogo tiende a reconocer, destruir la ignorancia, entender al prójimo y buscar comunes denominadores para colaborar en la solución de los mismos problemas: desde la pobreza, hasta la protección del medio ambiente. Hay un concepto filosófico en el que nos reconocemos que dice que el mundo fue creado en seis o siete días (hay quienes sostienen que en millones de años), pero lo que nosotros debemos hacer es seguir construyéndolo, seguir perfeccionándolo.
Y para eso es necesario buscar los comunes denominadores que surgen del diálogo. Por lo cual no es una ingenuidad.
Si son creencias las que están en discusión, ¿cómo puede plantearse el acuerdo?
El acuerdo no es sobre la fe o sobre las creencias teológicas. Cada uno seguirá adhiriendo a su fe o la fuente de su inspiración.
El acuerdo se basa en el respeto, en conocer, en entender el derecho de cada uno a ser distinto.
¿Qué aspectos del Islam, el catolicismo y el judaísmo –las grandes religiones hoy en lucha– impiden el mutuo acercamiento?
Los extremismos de aquellos que pretenden convencer, los que desean imponer, lo que pretenden hablar en nombre de Dios, los que pregonan que matarán en nombre de la religión. Nadie es dueño de la vida de nadie. Ni siquiera de la de uno mismo. Por eso las religiones condenan el suicidio: matarme significa matar la creación de Dios que yo mismo soy.
¿No son las religiones mismas el problema?
¿Dios creó al hombre o el hombre creó a Dios? Es una pregunta a la que respondo con que la religión es una creación humana. Digo que si hay una responsabilidad es de los hombres. De la misma manera que si hay un mérito, también es de los hombres.
QUIEN, QUE
Graduado en el Instituto Superior de Estudios Religiosos Judaicos, Baruj Tenembaum fue el primer director del Instituto Cultural Argentino Israelí. Desde la Fundación Internacional Wallenberg, que integran decenas de premios Nobel, promueve el diálogo interconfesional, labor premiada en todo del mundo.
Nacido en Santa Fe, emigró a los EE.UU. en el 76 cuando lo secuestró la dictadura.