Señor Presidente de la Federación Rusa
Vladimir Vladimirovich Putin
23, Calle Ilyinka,
Moscú
103132 Rusia
Señor Presidente,
Nos dirigimos respetuosamente a usted en nombre de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, una ONG internacional con sede en Nueva York y con oficinas de representación en Tel Aviv, Buenos Aires y Berlín.
A la luz de la reciente publicación de los diarios personales del general Ivan Serov, solicitamos a usted, muy respetuosamente, considere la posibilidad de permitir el acceso libre y sin restricciones a los archivos de la KGB a los efectos de localizar los restos de Raoul Wallenberg y Vilmos Langfelder y llevarlos a su patria natal para un apropiado entierro.
Como usted probablemente sabe, los padres de Raoul y su padrastro están enterrados en Suecia. Su hermana, Nina, está viva y merece ver la tumba de Raoul. No podemos dejar de recordar aquí al fallecido profesor Guy von Dardel, hermano de Wallenberg y gran amigo de nuestra fundación; un hombre que dedicó la mayor parte de su vida a esta noble causa.
Por su parte, la Fundación Raoul Wallenberg ofrece erigir un monumento en Moscú, como símbolo de paz, solidaridad y reconciliación y, también, como muestra de agradecimiento a Rusia.
Nuestra misión principal es preservar y difundir el legado valiente de Raoul Wallenberg y sus semejantes; a saber, las mujeres y los hombres que ayudaron a perseguidos, sin importar religión o nacionalidad.
Entre nuestros miembros se encuentran más de 300 jefes de Estado y personalidades galardonadas con el Premio Nobel. El Papa Francisco es uno de los primeros miembros de la Fundación Raoul Wallenberg, cuando cumplía funciones como Arzobispo de Buenos Aires.
El pasado 4 de agosto, mientras realizabamos ceremonias en Buenos Aires, Tel Aviv, Nueva York y Budapest para conmemorar a Raoul Wallenberg en su 104º cumpleaños, los medios de comunicación internacionales transmitieron la noticia de la aparición de los diarios de Ivan Serov, ex director de la KGB. De acuerdo a Serov el diplomático sueco murió en la Unión Soviética como consecuencia de órdenes impartidas por Joseph Stalin.
De hecho, los diarios de Iván Serov corroboran una declaración oficial hecha por escrito que recibimos el 15 de junio de 2006. La misma está firmada por el entonces Ministro Consejero de la Misión de la Federación Rusa en Washington DC, Alexander Darchiev (actual embajador de Rusia en Ottawa). Adjuntamos a ésta una copia de la carta. Como usted entenderá luego de leer la carta, el diplomático de alto nivel y con experiencia fue claro e inequívoco al afirmar que “el señor Wallenberg murió, o más probablemente pereció en la URSS el 17 de julio de 1947″. Además, resaltó que “la muerte de Wallenberg recae en el liderazgo URSS de entonces y sobre Stalin personalmente”.
Tras la recepción de la carta del Sr. Darchiev la hemos hecho pública y la transmitimos a los medios de comunicación y las autoridades rusas, sin ningún resultado importante, pero la veracidad de sus afirmaciones están bien respaldadas por la información que ahora revelan los diarios de Iván Serov.
Hace algunos años, nuestra ONG ofreció una recompensa económica significativa de 500.000 euros a cualquier persona o entidad capaz de ofrecer información científicamente verificable sobre el paradero de Raoul Wallenberg y su chofer, Vilmos Langfelder, ambos detenidos por el ejército soviético el 17 de enero de 1945. Ciertamente no estamos buscando una investigación sobre las circunstancias de la detención y desaparición de Wallenberg y Langfelder. Estos hechos ocurrieron hace mucho tiempo en un contexto histórico particular, a raíz de la guerra más sangrienta de la humanidad. Nuestro único objetivo es darle un cierre a esta injusta tragedia.
Raoul Wallenberg fue uno de los más grandes héroes de la historia. Hemos erigido bustos en honor a él en Argentina (incluyendo uno en el aeropuerto internacional de Buenos Aires, donde fue visto por decenas de millones de pasajeros), así como otros monumentos interreligiosos, incluyendo el Mural Conmemorativo del Holocausto dentro de la catedral de Buenos Aires.
Señor Presidente, ambos firmantes estarían dispuestos a viajar especialmente a Moscú con el fin de reunirse con usted y coordinar todas las medidas necesarias para facilitar el regreso a casa de Raoul Wallenberg. Creemos firmemente que Raoul Wallenberg merece nuestro reconocimiento y que Rusia, como líder mundial, merece jugar un papel clave en este esfuerzo humanitario.
Gracias de antemano por su atención y quedamos a su disposición en caso de necesitar cualquier información adicional de nuestra parte.
Muy respetuosamente,
Eduardo Eurnekian
Presidente
Baruch Tenembaum
Fundador