El escritor Marcos Aguinis, ha sido galardonado con el título Doctor Honorario de la Universidad Hebrea de Jerusalén , por lo que esta reconocida institución académica israelí presentó como ”su defensa de la democracia y la libertad a través de sus escritos”.
En una emotiva ceremonia llevada cabo en el Monte Scopus, Aguinis fue el primero en recibir la distinción, seguido de una serie de figuras destacadas en sus respectivas áreas, entre ellas la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de Israel, Dorit Beinisch. El doctorado honorario fue conferido también a investigadores de talla internacional como el astrofísico Profesor Donald Lynden-Bell, el músico y pianista Evgeny Kissin y el matemático Profesor Peter Sarnak y la escritora israelí Ronit Matalon, entre otros.
El Dr. Aguinis nos dijo que ”este galardón me genera un bosque de ideas, de emociones y recuerdos, como un maremoto que tengo en el alma”. Explicó que ”es un honor muy grande porque la Universidad Hebrea es la que expresa al alma judía.” Aguinis recordó que ”cuando comenzó la reconstrucción del Estado de Israel, mucho antes de la independencia en 1948, la iniciativa de fundar una universidad en un lugar carente de ideales académicos, de centros de investigación e incluso de centros médicos y científicos, parecía una locura”.
La Universidad Hebrea de Jerusalén comenzó sus pasos en 1901 cuando Jaim Weitzman –que luego fue el primer Presidente del Estado de Israel- y Albert Einstein iniciaron una campaña para reunir fondos para crear la universidad. ”Apenas terminó la primera guerra mundial se colocó la piedra fundamental”, recordó Aguinis. ” Se inauguró en el Monte Scopus en 1925 y la primer clase la dio Albert Einstein. En ese momento se estaba aún muy lejos de la independencia de Israel pero ya se generó un foco de cultura extraordinario y revelaba claramente de dónde se viene y adónde se va”.
Preguntamos a Aguinis a qué se refería al hablar de ”recuerdos” y respondió con un tono muy personal. ”Yo a cada rato pienso cómo se hubieran sentido mis padres de enterarse de esto, sabiendo que yo desde chico me interesaba por los temas judíos. Cuando cayó la Jerusalén vieja en poder de Jordania en la guerra de independencia -yo era un preadolescente- y vi las fotos de los judíos expulsados de la Ciudad antigua me largué a llorar”. Y agrega: ”Yo era un chico que todavía no estaba muy informado de muchas cosas pero ya en ese momento la sola mención de Jerusalén tenía una especie de poder mágico, muy intenso, que asociaba todas las fantasías que puede tener un niño”.
La entrevista que realizamos a este destacado escritor judeo-argentino será publicada en nuestro próximo número.