Los crímenes de odio contra los judíos se duplicaron el año pasado en la localidad sueca de Malmö. Casi ochenta personas fueron agredidas por su confesión religiosa, lo que está provocando un éxodo de esta comunidad hacia otros países.
”Nunca pensé que vería este odio otra vez en mi vida, y no en Suecia, desde luego”, declara la señora Popinski a The Daily Telegraph. Ella sobrevivió al Holocausto y reside en Malmö desde hace 60 años: ”Este nuevo odio proviene de los inmigrantes musulmanes”, asegura antes de apuntar: ”El pueblo judío ahora tiene miedo”.
Pero los judíos de Malmö, sin embargo, no señalan directamente con el dedo a los musulmanes. Sus críticas van dirigidas al sector neonazi. Además, acusan a Ilmar Reepalu, el alcalde de izquierda que ha estado en poder durante los últimos 15 años, de dejarles desprotegidos.
Sólo durante el último año en esta localidad han quemado una sinagoga que daba servicio a 700 fieles, y han profanado varios cementerios. Hombres encapuchados les cantan alabanzas a Hitler cuando pasean por las calles, y los judíos de Malmö se sienten desbordados.
Reepalo está en el centro de la polémica por asegurar que el ”antisemitismo desnudo” que perciben los judíos en realidad es sólo una triste, pero irremediable consecuencia de la política de Israel en Oriente Medio.
A pesar de que estos puntos de vista no son para nada inusuales en la izquierda europea que peca de parcialidad con Palestina, los judíos consideran que estas afirmaciones alientan a los jóvenes exaltados musulmanes a acosarlos y atacarlos.
Como consecuencia de estas acciones, el futuro se pinta muy sombrío. Según una estimación que publica el diario británico, alrededor de 30 familias judías ya se han marchado a Estocolmo, Inglaterra o Israel y otras tantas se están preparando para hacerlo.
La señora Popinski asegura que los alumnos musulmanes le ”ignoran cuando hablo de mis experiencias en los campos de concentración” y considera que es ”por lo que sus padres les dicen acerca de los judíos”. ”El odio de Oriente Medio han llegado a Malmö. Las escuelas en las zonas musulmanas de la ciudad simplemente invitan a los supervivientes del Holocausto a no hablar más”, asegura.